El otro día fui a la fiesta de cumpleaños de una amiga.
Una de las invitadas era Jana, una chica de 35 años, a la que yo no había visto nunca. Después de una copa, se sentó a mi lado y empezamos a charlar.
Me contó que un chico de 26 años la acababa de besar en ese bar hacía escasos minutos. Ella llevaba ya más de una hora en el bar con la cumpleañera y un chico se le acercó, empezaron a hablar y justo antes de que yo llegara la había besado.
Era la primera vez que se besaba con alguien desde que lo dejó con su ex novio, hacía un mes, con el cual tenía todo un futuro imaginado.
Me dijo que llevaban años juntos, que vivían juntos y que estaban en el mejor momento. O eso pensaba ella. Hasta que un día, sin motivo ni razón, él la dejó.
“Estoy gorda y tengo arrugas. ¿Quién me va a querer ahora?”
La pregunta me pilló de sopetón.
“Pues… no sé, ¿quizás el chico de 26 años que te acaba de besar?»
Ella me miró como si le estuviera hablando en chino, así que proseguí.
“Ah… ya veo, supongo que este chico se ha plantado hoy en el bar y ha pensando: vamos a ver… ¿quién es la chica más gorda y arrugada de este bar? ¡Ahí está! ¡A por ella!”
Una leve sonrisa despuntó en su rostro y sus ojos empezaron a brillar, así que seguí hablando.
“Jana, eres una chica estupenda. Yo ya lo he percibido en los 10 minutos que llevamos hablando. El hecho de que la persona con la que pensabas que te ibas a casar te haya dejado, es duro. Pero aunque ahora no lo veas, te ha hecho un enorme favor porque él no era el hombre de tu vida y te lo ha demostrado al dejarte. Ahora ya tienes vía libre para conocer a la persona que sí estará contigo y no te dejará nunca. Sentirte confundida y estar triste es normal, pero no te permito que vayas por la vida viéndote como una “gorda con arrugas” y obviando todo lo maravilloso que tienes. Si un chico de 26 años lo puede ver a simple golpe de vista, tú también puedes”.
Cuando terminé mi discurso, Jana tenía una sonrisa de oreja a oreja y había una nueva fiereza en su mirada.
Me dio un abrazo, me agradeció mis palabras y luego se levantó para seguir besándose con el chico en cuestión (que por cierto, llevó a nuestra mesa y era un encanto).
Hoy hablé con mi amiga, la del cumpleaños, y le pregunté por Jana.
Me dijo que había quedado un par de veces con el chico del bar y, aunque él estaba muy interesado en seguir conociéndola, ella le tuvo que decir que no porque no es lo que buscaba.
Parece ser que la «gorda arrugada» se dio cuenta que la iban a querer más y no se agarró al primer chico que la besó, temiendo que nunca más nadie lo hiciera.
Ahora me dirijo a ti.
Ya te di un par de pautas sobre este tema en este artículo, pero ahora quiero ser un poco más contundente.
Si en este preciso momento te estás preguntando “¿quién me va a querer?”, date cuenta que eso es tu inseguridad hablando. Ya te han querido antes y te van a volver a querer.
La vida no se acaba cuando te quedas sin pareja o cuando no consigues que alguien que quieres se enamore de ti.
En algún momento, vas a conocer a alguien que se va a quedar prendado de ti y te preguntarás por qué perdiste tu tiempo sintiéndote gorda, escuálida, fea, vieja, inadecuada, o lo que sea que te dices a diario.
Date un respiro y empieza a valorar lo que te hace especial: tus cualidades, tus capacidades. Ese brillo en tus ojos que aparece cuando haces algo que te gusta mucho, tu sonrisa sincera al saludar a tu mejor amiga, la cara de concentración absoluta que pones cuando estás absorta en tu mundo…
Hay tantas pequeñas cosas que hacen de ti un ser único y bello… y las estás pasando todas por alto porque dejas que tus inseguridades hablen por ti. Las has convertido, sin querer, en tu carta de presentación.
Eso tiene que cambiar. Tú decides en qué te fijas y qué actitud adoptas ante la vida. Tienes mucho más poder del que piensas, así que úsalo con sabiduría.
Un abrazo,
Silvia
milena llop postic dice
Genial Silvia, tus artículos respecto a las experiencias que adquieres, son directos, realistas y ayudan mucho a entender y trabajar las relaciones humanas.
Muchas gracias y un abrazo.
Milena
Aishaila dice
Yo soy una gorda arrigada de 40 años y he de decir que lo malo es cuando nadie te ha querido antes, como me pasa a mí 😭
Así que ennni caso ese «¿quién me va a querer?» es super doloroso…