«Tengo 50 años. Mi marido me engañó hace 6 años y luego me abandonó. Lo intentamos arreglar, pero él no colaboraba para nada. Ahora solo me pasa, a duras penas, la manutención de mis hijos y no me dirige la palabra. Yo aún sigo pensando en él y sufriendo su partida. Mi autoestima está por el suelo y no levanto cabeza«.
Diferentes versiones de esta historia llenan la bandeja de entrada de mi email día sí, día también. «Me abandonó y no lo supero» es sin duda el tema más recurrente entre las personas que deciden escribirme unas líneas, compartiendo conmigo sus miserias.
Mi corazón se encoge cada vez que leo la misma historia en palabras de una mujer distinta, desde otro lugar del mundo.
Ellas están enganchadas a una persona o una situación que ya no está en su vida y no consiguen soltarla. La pregunta es:
¿Por qué?
- Porque crearon una vida dependiente de esa persona. Quizás se casaron jóvenes y no lograron desarrollar su propia identidad e independencia. Consideraban que la otra persona formaba parte de ellas mismas y no conciben la idea de que ya no esté. Es por eso que muchas personas aguantan en relaciones dañinas. Piensan que no van a ser capaces de sobrevivir solas. Así, tenemos una gran cantidad de mujeres que son despreciadas, engañadas y maltratadas por su pareja a diario, pero que ni siquiera se plantean seriamente cambiar esa relación.
- Porque piensan que nadie les va a querer como su ex. Este es un efecto secundario de tener la autoestima por el suelo. Creen que, a pesar de todo lo que les hizo, ese hombre realmente las quiere, o eso les dijo en numerosas ocasiones, y quizás la culpa fue de ellas, que no eran buenas esposas. Nadie las volverá a querer como su ex porque «no valen nada».
- Porque les aterra tener que enfrentarse a su propia vida y a sus problemas. Saben que tienen ciertos aspectos de su vida a los que deben dedicar tiempo y energía, pero el hecho de estar tristes por el hombre perdido, les da una licencia para no tener que enfrentarse a lo que realmente deberían. Quedarse encalladas en la relación que ya pasó se les antoja más sencillo que reunir el coraje para reconstruir sus vidas y seguir adelante.
En el caso de que te separes y haya hijos de por medio, no se trata de cortar toda la relación con tu ex pareja porque siempre tienes que pensar en el bienestar de los niños, pero lo que sí debes hacer es mantener tu autoestima a flote.
Los procesos de duelo no deberían durar años. Es verdad que cada persona tiene su tiempo de asimilación, pero el problema nace cuando nos quedamos estancados en una etapa y no logramos avanzar.
«Me abandonó«, es una frase que debería suponer un punto y final, no el inicio de una obsesión por esa historia que no ha funcionado.
Si tú eres una de esas mujeres de las que estoy hablando, tienes que ponerte en marcha ya. No lo dejes para mañana. No te quedes ni un minuto más lamentándote por lo que pudo ser y no fue. No suspires por lo perdido, por la vida que habías imaginado cuando eras niña, ni pienses que lo hiciste.
Las cosas cambian y los seres humanos tenemos la capacidad de adaptarnos a las circunstancias, de transformarnos, de evolucionar.
Quedarte atascada en una situación determinada no es lo natural. Si te tiraron al mar sin saber nadar, debes empezar a mover tus manos y tus pies.
Para ello, es necesario que trabajes en tu autoestima y que te plantees nuevos objetivos para tu vida.
Te voy a proponer un ejercicio muy sencillo, que si llevas a cabo todos los días, te ayudará a restablecer tu autoestima.
Haz una lista con todas las cualidades que crees que tienes (mínimo 3). Cada día, selecciona una de las cualidades de la lista y, a lo largo de la jornada, haz lo posible por utilizarla. Cuantas más veces, mejor. Cada vez que lo hagas, apúntalo en tu lista.
Por ejemplo:
Día 1: Simpatía
- He alegrado a mi amiga Laura cuando estaba triste.
- Le sonreí a un niño en el bus.
- Le hice un par de bromas a la cajera del supermercado y se puso de buen humor.
También debes ir añadiendo nuevas cualidades a medida que se te ocurran y eso hará que la lista crezca cada vez más. Pronto te darás cuenta que utilizar tus cualidades es algo que te hace sentir bien contigo misma y que, además, te conecta con las personas de tu entorno.
Este ejercicio es muy sencillo, con lo cual no tienes ninguna excusa para llevarlo a cabo. Empieza pensando en tres cualidades tuyas y usa cada día una diferente, de forma consciente a lo largo del día.
Es hora de que conectes con la mejor parte de ti y te des cuenta de que la vida te está dando la oportunidad de crecer, aprender y reinventarte.
Conocer a alguien que realmente aprecie tu valía, te trate como una reina todos los días de tu vida y te quiera bien será un efecto secundario de tu trabajo contigo misma.
Pero primero, debes conocerte de nuevo, darte una oportunidad para realizar cambios en tu vida y quererte mucho.
Yo sé que tú puedes. Solo tienes que dar un pasito hacia esa dirección y ese paso es el ejercicio que te acabo de proponer. Hazlo y luego me cuentas.
Si este artículo te gustó o tienes a alguien en tu vida a quien creas que podría beneficiarle, compártelo.
Un abrazo,
Silvia
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