¡Hola, Silvia!
Primeramente, quería agradecerte por todo el trabajo que haces y por hablar sin tapujos. ¡Hacen falta más personas como tú!
Bueno, te escribo porque estoy hecha un poco un lío. Hace muchos años, conocí a un amigo de una amiga que se sintió atraído por mí estando soltero, pero yo tenía una percepción diferente de él y no le hice mucho caso. Justo cuando pasó eso, él llevaba un tiempo soltero y, tras unos meses, volvió a retomar su relación con su novia de casi toda la vida, con la que sigue estando a día de hoy.
Hace cosa como de cuatro años, medio volvimos a retomar el contacto por medio de mi amiga y con el transcurso del tiempo, nos hemos hecho más y más amigos, hasta el punto de que ha pasado a formar parte de mi círculo más cercano de amigos. Desde entonces, me he sentido atraída por él y siento que tenemos una química especial. Yo siempre he respetado el hecho de que tenga pareja y nunca he actuado en consecuencia, pues lo considero una persona muy importante para mí a día de hoy.
Por otro lado, en esos cuatro años, yo he seguido mi vida y he tenido dos relaciones (una de casi dos años y otra de un par de meses). Mientras, mi amigo y yo hemos tenido épocas de hablar y quedar más y otras no tanto. En las épocas en las que yo he tenido pareja, obviamente me he sentido atraída por ellas y lo he disfrutado, pero mi amigo como que siempre ha estado ahí en el fondo de mi corazón y de mi mente, aunque aparentemente no me ha afectado mucho este hecho (o al menos yo no lo he percibido). Sin embargo, cada vez que lo veo, mis sentimientos afloran, y así ha sido a lo largo de este tiempo: meses sin pensar en él hasta que le vuelvo a ver.
Ahora, llevo ocho meses soltera y creo que va siendo hora de ponerme manos a la obra y abrirme de nuevo al amor (pasando primero por mi periodo de barbecho gracias al curso de Tinder). La cosa es que en las últimas semanas, he percibido que esta historia con mi amigo me limita de alguna forma para poder empezar ese proceso, porque (lo quiera yo o no) acabo albergando algún tipo de esperanza de que algún día él rompa con su pareja y acabemos juntos, o de que secretamente se sienta atraído por mí, y veo señales donde no las hay (o sí, ¡no lo sé!). Tampoco ayuda el hecho de que estemos todo el rato medio picándonos/¿tonteando? o que la amiga que nos presentó me diga que si no tuviera novia, seguro que pasaría algo entre nosotros.
En fin, que estoy hecha un lío. Le he echado un vistazo a otros episodios en los que se hablaba de este tema, pero no me he sentido del todo identificada con ellos.
Estoy confundida y no sé qué hacer, sobre todo teniendo en cuenta todo el tiempo que llevo sintiendo algo por él y porque tiene pareja. ¿Esto es amor? ¿Es atracción? ¿Cómo me lo saco de la cabeza? ¿Se lo digo? ¿Me arriesgo a perderlo como amigo? ¿Puedo llegar a superar esto sin tener que decírselo?
En parte creo que la única forma de superar esto es diciéndole la verdad y escuchando un «no» de sus propios labios, pero no sé si estoy dispuesta a arriesgar nuestra amistad. Ojalá que puedas desenredar algo de este entuerto, Silvia.
¡Muchas gracias de antemano por invertir tu tiempo en leerme!
Un abrazo,
Una amiga confundida
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¡Hasta la próxima!
Aurélie dice
Hola Silvia
Me viene a pelos ese episodio y además puede servir a muchas personas en la misma situación
Me parece muy acertada la solución de la carta y que si no funciona tener esa conversación sin sacar el tema de los sentimientos
Mucho ánimo amiga anónima
Vic dice
¡Hola, Silvia!
Soy la protagonista de esta historia. Ha pasado mucho tiempo desde esta consulta, y la situación ha cambiado incluso más.
Spoiler alert: ya no es mi amigo.
Acabé diciéndole que me gustaba con el objetivo de que destruyera cualquier esperanza de nada. El mes que viene hará un año de aquello, y para qué fue el tema… Voy a intentar resumirlo.
1. Me dijo que yo le había gustado muchísimo cuando nos conocimos, me cogió de la mano mientras caminábamos y me dijo que le seguía gustando. Me enfadé, porque le dije que no me parecía justo que me dijera aquello teniendo novia. Se excusó diciendo que si yo no quería que me fuera sincero (en fin). Ese día fue muy bonito, y le dije que gracias por todo, pero que en realidad no me había quitado ningún tipo de esperanza. A lo que respondió un «bueno, no va a pasar nada». Pero ninguno se quería despedir ni terminar el día. [Me ilusioné bastante, no mencionó a la novia en ningún momento, como si n existiera]
2. Al día siguiente me dijo que yo le gustaba, pero que le gustaba como persona (JÁ). [Me confundí, porque sus palabras y acciones no concordaban]
3. A la semana yo ya estaba mejor, me estaba autoconvenciendo de que él me veía como una amiga (o eso se decía a sí mismo). Y va él en ese momento, después de haber quedado solos y yo decirle que ya estaba mejor, y me dice que sí, que sí que sentía por mí y mucho, pero que era por mi yo del pasado, de cuando nos conocimos (parece de chiste el nivel de autoengaño del caballero). Luego admitió que sí, que le gustaba, pero que elegía a la pareja y quería seguir con ella. [Me destruyó un poquito]
4. Decidí comunicarle que necesitaba alejarme para poder superar todo aquello. Para decírselo acabamos quedando a solas, y me pidió que fuéramos a la parte de atrás del coche para poder abrazarme bien (claro, claro). Acabamos acurrucados, yo entre sus piernas acurrucada en su pecho. Nunca nos llegamos a besar, aunque sí que le dije que todo este comportamiento y lo que nos habíamos dicho para mí ya era infidelidad. Y por añadidura él ya tenía una herida de cuando era adolescente y le había puesto los cuernos a su novia de entonces con la mejor amiga de ella, y años después dejó a la que era la novia cuando me declaré porque empezó a sentir por otra. [Menudo cuadro, madre mía]
Bueno, pues empecé contacto cero y, en ese momento, acabé peor de lo que estaba porque resultó que los sentimientos sí eran recíprocos. Encima, el enganche y la ilusión empezó a ser tal que el contacto cero duró apenas 4 días. Cuando le volví a escribir me dijo que me había echado muchísimo de menos, que había estado escribiendo en las notas del móvil para resistir la tentación de hablarme. [Me ilusioné aún más si cabe]
5. Seguimos con el dilema de «necesito alejarme, pero no puedo». Y se lo acaba contando todo a la novia. Al día siguiente ella se va de viaje y se dan un tiempo para pensar, mientras que según él «le había dado ese tiempo para que tomara ella la decisión porque ella siempre le antepone a él y él quería que esta vez pensara en su bien propio, pero que él tenía claro que no podían continuar». Al día siguiente de que se lo dijera, quedamos para que me contase cómo fue. Acabamos besándonos. Varias veces. [Mal por mi parte, y por la de él]
6. Al día siguiente de los besos, me escribe diciendo que se acabó. Básicamente me trató como un papel, me usó y me tiró, responsabilizándome de la culpa que sentía.
7. A los dos días nos vimos por un cumpleaños y yo no le podía mirar ni a la cara. Me lo notó y me llamó esa noche, porque no entendía el por qué [menudo imbécil]. Se lo expliqué, se disculpó bastante. A los días me escribió diciendo que lo sentía, que había analizado todo lo que había pasado y que él me quería y era importante para él antes de todo esto, y que no se había comportado como yo me merecía.
8. A los días nos fuimos de vacaciones con el grupo de amigos y acabaron pasando cosas [ya se podrán imaginar el qué]. Cuando volvimos, tuvo la conversación esperada con la novia, y no tuvo las fuerzas de romper con ella, le acabó soltando lo que había pasado y fue ella quien rompió con él. Siguieron viviendo juntos unas semanas hasta que ella encontró otro sitio donde vivir.
Ojalá eso hubiera sido el final, pero no, solo fue el principio de una historia completa y absolutamente inestable, de subidas y bajadas continuas que me destrozaron y me engancharon por completo.
Dos semanas después de su ruptura, intentamos comenzar una relación que a los dos días ya se estaba tambaleando y tenía «la confianza rota» por su parte (fue un mal entendido sin importancia que ni al caso). Y comenzaron meses y meses de: yo estoy bien contigo cuando estamos juntos, yo estoy al 100%; mientras yo me comía la cabeza por si le entorpecía su duelo, por si me estaba utilizando como parche para tapar el dolor; mientras quedaba con la ex cuando ella estaba mal porque se sentía en deuda por todo el daño que le había causado y desaparecía sin decirme nada; y yo me quedaba sin saber si seguía sintiendo por ella y yo qué pintaba en todo aquello, etc. Fueron meses y meses de no relación, con una ex de por medio, con lo dejamos y volvemos todo el rato (EN UNA DE ESAS RUPTURAS ME DIJO QUE ME AMABA, imagínense el percal…), con una falta de comunicación, responsabilidad afectiva y madurez emocional por su parte (y con una gran falta de autoestima importante por mi parte), que me dejaron en el subsuelo.
A los meses me acabó diciendo que sí, que quería estar conmigo, pero yo tenía la confianza en él tan destrozada que no sabía si podría mantener una relación sana. Y se lo dije, que tenía muchas heridas y que necesitaría tiempo. Y me dijo que no pasaba nada, que teníamos todo el tiempo del mundo. Y al día siguiente me dijo que no tenía sentido lo que estábamos haciendo, que a dónde iba aquello. Esa conversación se quedó en «nada», pasamos toda la semana juntos, el viernes tuvimos una discusión y el lunes ya me dejó diciendo lo mismo, que aquello no tenía sentido, que la situación le hacía daño y que no podíamos estar juntos estando yo así de mal.
Como se podrán imaginar, aquello me dejó destrozada. Cuando más lo necesité y después de todo lo que yo había aguantado y le había apoyado, decidió irse.
Toda esta historia acabó afectando a mi grupo de amigos, porque, claro, estaba él, y me tuve que alejar para hacer contacto cero. La cosa sigue así y esta persona ya no forma parte de mi vida. Ni quiero que vuelva a ella. Me ha costado mucho llegar a este punto, pero lo he conseguido, así que para aquella personita que lo está pasando mal por una historia parecida: puedes salir, existe un después aunque ahora no lo veas, céntrate en el pequeño brillito de luz que queda.
Al final no lo he resumido mucho jajajajaja Pero de corazón espero que esta historia le sirva a alguien.
En conclusión: si les empieza a gustar alguien con pareja, huyan sin mirar atrás. No va a salir nada bueno de ello. No merece la pena.
Un abrazo,
Una ex amiga con las cosas muy claras
Laura G dice
Hola Amiga! Menuda historia!!
No podía dejar de leerte, siento mucho que hayas pasado estos momentos tan difíciles
Yo creo, sin conocerte mucho, que ya estás sacando lecciones de todo y que sin duda te has quitado una espinita que te ha marcado muchos años
Aunque cueste reconstruirse, enhorabuena por haber salido de ahí. Estoy segura que todo lo que venga de ahora en adelante estará a tu altura, porque te lo mereces!
Un saludo!
Elisa dice
Te agradezco que nos lo cuentes. Tomo nota, porque ninguna estamos libres de que nos pase. Pero como bien dices…huye😊
Sara dice
Hola,
Aunque la propia protagonista ya ha comentado su caso creo que en una situación así,lo mejor es salir de ahí y contacto cero.