¿Has conocido a alguien que te ha gustado y por eso has decidido ignorar algunas banderas rojas?
– No pasa nada – te has dicho -. Ya cambiarán las cosas.
Preysler es la protagonista de esta historia y su consulta es la siguiente:
Conocí al tonto del higo en diciembre. Cada día, desde entonces, me llamaba sin excepción. Me decía de ir a la playa, al cine, cenar, almorzar, pasear. Incluso pasaba un par de veces a la semana por mi trabajo para darme un beso, tomarnos un café o solo desearme un buen día.
Chicas, yo comencé a ilusionarme y a pillarme. A los dos meses, saltó mi primera bandera roja cuando al preguntarle qué sentía (no hablaba de sentimientos hacia mí), su respuesta fue que nos estábamos conociendo, que él no era de palabras bonitas, sino de acciones, pues el movimiento se demostraba andando. Y yo me lo creí y salté por encima de la bandera roja.
Mientras tanto, seguíamos quedando para todo tipo de planes. Me decía que conmigo se lo pasaba genial, que todo conmigo era guay, que yo no le exigía, ni le demandaba y eso le hacía sentir muy bien conmigo. Evidentemente, le dije que yo necesitaba y esperaba más, pero que yo lo estaba conociendo y respetaba su espacio. Cuando, al tercer mes, le volví a preguntar qué éramos, su tono esta vez fue de enfado y volvió a decirme que nos estábamos conociendo.
Al llegar el confinamiento, durante el primer mes, me llegó a llamar algún día hasta tres veces. Siempre preocupado y pendiente de mí. Sin embargo, seguían las banderas rojas. Nunca me decía que me echara de menos o quisiera verme. Al preguntarle, su respuesta siempre era que si me llamaba a diario, era porque obviamente tenía mucho interés en mí y me cambiaba de tema. Lo que lamento y me entristece ahora, es que aunque no me cuadraban las cosas y yo quería dejarle por esto (sabía que me iba a estrellar e iba a sufrir mucho), no tenía fuerzas de dejarlo.
El segundo mes de confinamiento, bajó la intensidad en las llamadas (aunque siempre me siguió llamando una vez al día) y me llegó a decir que quería seguir quedando conmigo después de la pandemia porque era una chica estupenda, que no tuviera en cuenta si no era cariñoso conmigo o no me decía que tenía ganas de verme y que no me sentía su novia, pero sí estábamos saliendo.
Cuando llegó el momento de poder vernos y yo me moría de ganas, él me ponía excusas y, cuando al fin fui a su casa (tuve casi que insistir), no tenía ni ganas de hacerlo conmigo. Me destrozó la autoestima. Por esto y por otros desplantes, le planteé que no quería seguir así y me dijo de dejarlo. No sin antes decirme que el coronavirus le había cambiado, que no era el mismo, que no tenía ganas de salir a la calle, que no era por mí, que ni ganas de sexo tenía. Y yo me creí sus motivos y excusas.
Una semana después de dejarlo, me topo con tu libro, Silvia. Me lo leí en una noche del tirón. Y esa misma mañana, al que el coronavirus le había cambiado la vida, lo descubro en Tinder. Tres semanas después, lo ve una amiga con una rubia, sujetándola de la cintura y besándola en el mismo restaurante donde tanto íbamos.
¡He llorado tanto! De rabia, de impotencia… Me salté todas las banderas rojas, me creía lo que me decía, a pesar de que no me encajaba nada. Me vaciló, fue cobarde y optó por mentirme en vez de ser honesto conmigo. Fui su entretenimiento hasta que me conquistó, se cansó y decidió ir a por otra.
Muchas gracias Silvia, me has abierto los ojos de tal modo que no volveré a pasar por alto las señales. ¡Me siento tan decepcionada conmigo! A pesar de ver que no era la relación que yo quería para mi vida, era incapaz de dejarle, no tenía fuerzas. Era incapaz de asumir que estaba mirando a la cara de nuevo a otro fracaso.
Lo vi en Tinder, sé que está saliendo con otra y a pesar de eso, nunca le he escrito o dicho algo por mentirme, y no sabéis lo que me gustaría, pues siento que se rió de mi, se lo permití y encima me he quedado callada. Sé que no sirve de nada, pero ¿qué hago con esta ira y dolor?
Preysler
Para poder reciclar bien las experiencias amorosas, primero debes realizar un buen análisis de la experiencias y de las banderas rojas.
El audio y la hoja de ejercicios que tienes a continuación, te servirán para ver las cosas más claras.
Eso es todo por hoy.
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Me encantará conocer tus opiniones sobre este tema, que puedes dejar en la sección de comentarios.
¡Hasta la próxima!
Andrea dice
Hola,
A mí también me pasó que aunque le preguntase nunca me hablaba de sentimientos hacia mí. Y me decía que tenía que entender que si él mostraba interés por quedar conmigo, como así hacía, pues que eso tendría que ser más que suficiente conmigo para mí. También me decía que además de la parte sexual también le gustaba quedar conmigo para hablar conmigo (siempre hablábamos antes de intimar). Lo cierto es que esas conversaciones siempre giraban en torno a él y en su contexto laboral. Me decía que él no era de adular a las mujeres con palabras, que no era cariñoso, pero que me tenía que centrar en lo que él me mostraba: el interés en quedar conmigo. A mi todo eso me confundía y me olía a bandera roja porque sospechaba que ese interés se sustentaba en la parte sexual y en el desahogo por su parte de contarme cosas del trabajo, porque como trabajábamos juntos yo le podía seguir perfectamente en esas conversaciones e incluso aportarle más información. Pero ese interés de avanzar a nivel pareja conmigo yo no lo veía por ninguna parte, por más que él le quitase importancia a ese pequeño detalle de no querer relación ni hablar de sentimientos. Madre mía, es que ahora sí lo veo todo mucho más claro.
Gracias por compartir tu experiencia!
Casandra dice
En mi opinión, debemos esforzarnos en establecer relaciones significativas en todos los niveles. Es decir, que dos personas pueden tener una relación exclusivamente sexual y al mismo tiempo poder intimar, lo que significa encontrar feedback: él te cuenta sus cosas y tú a él las tuyas. Sin embargo, lo que suele ocurrir es que las mujeres -tontas de nosotras- tendemos a convertirnos en su paño de lágrimas, en alguien que les presta atención y les escucha pero luego no encontramos esa reciprocidad, o esa misma atención por su parte. Creo que es importante evitar a este tipo de tío venenoso que no hace más que hablar de sí mismo sin preocuparse lo más mínimo por ti. Me ha gustado mucho esta historia.
Un saludo.
Elena dice
Guau, me ha encantado está sesión.
He pasado por una no r lacion parecida, pero me negaba. Apendar q toda la culpa o responsabilidad fuera de él, como este chico, al principio era como un novio pero a la hora de hablar del tema me dijo q no quería una relación, q en el futuro no sabía. Fue claro, las veces q salía un poco el tema era claro, pero mi mente decía lo contrario. Al final todo se volvió tóxico, para mi, pero es q yo aún sabiéndolo no uetia verlo, ni creerlo ni seguir mi intuición. Al final se ha acabado, es lo mejor q me podía pasar? Si, rotundamente pero para el tmb. El no sabía hacer mejor, no, q ha hecho cosas mal, si pero tmb bien, igual q yo. Yo me perdoné a mi misma todos mis errores pero tmb he perdonado los suyos para seguir con mi vida y no machacarme porque no haya salido como yo quería.