
Hola Silvia, quería contarte cómo me siento y ver si me puedes ayudar. Acabo de terminar una relación súper tóxica de dos años. Él me ha dejado y me siento mal, pero no entiendo por qué, ya que racionalmente debería estar feliz.
El primer año de nuestra relación fue maravilloso. Pensé de verdad que era el hombre de mi vida y con el que pasaría el resto de mi vida.Pasado ese primer año, hubo mentiras, infidelidades. Me propuso relaciones abiertas con otras personas y yo siempre me negué. Lo llegué a sacar de un prostíbulo.
La verdad es que no me reconozco. Yo pensaba que era amor y que debía ayudarle porque él siempre volvía a mí pidiéndome perdón y ayuda y yo siempre estaba ahí, sufriendo muchísimo, pero entendiendo que solo a su lado podía ayudarle.
Sin embargo, cuando ya iba todo mejor, me ha dado una puñalada en la espalda y me ha dejado sin que nada hubiese pasado y diciéndome que no había vuelta atrás. Me siento engañada, abandonada. Estafada. A los pocos días, me enteré de que estaba en Tinder y mi derrumbe fue total.
No entiendo por qué sigo estando enganchada a él con todo lo que ha pasado, pero no puedo olvidarlo.
Estoy teniendo oportunidad de conocer a otras personas, pero sigo bloqueada y enganchada a él.
¿Qué puedo hacer? ¿Por qué alguien que tanto daño te ha hecho queda grabado en tu memoria de esa manera? Me parece cruel lo que me pasa.
Mil gracias Silvia. A ver si me puedes hacer comprender lo que sucede en mi cabeza y en mi corazón.Un abrazo,
Raki
Hola Raki, esta respuesta llega tarde no, tardísimo, así que espero que esto lo tengas ya más que superado.
De todos modos, te agradezco infinitamente esta consulta porque creo que puede servir a muchas personas que se sientan tan estafadas y heridas como tú cuando me la escribiste.
Primero de todo, no es nada fácil encajar que alguien te deje cuando parece que todo va bien y sin aviso alguno.
Cuando tú sientes que la relación hace tiempo que va mal, puedes intuir la ruptura, pero cuando te llega como un guantazo a mano abierta y sin que la veas venir, es más complicado de asimilar.
Esta relación, si se mira desde fuera, no tiene por dónde cogerse.
Mentiras.
Infidelidades.
Proposiciones de pareja abierta.
Prostíbulos.
Te has comido banderas rojas de desayuno, comida y cena.
Y creo que para merendar, también.
La raíz profunda de tu problema no sé de dónde viene porque no nos cuentas nada de tu historia, pero es probable que haya patrones familiares por ahí escondidos.
Como no tengo información al respecto, voy a centrarme en lo que sí puedo ver en tu consulta.
Y eso es una fantasía del tamaño de una galaxia entera.
Te quedaste anclada en el primer año de relación. Ese año idílico, fantástico y maravilloso que idealizaste a más no poder.
Esa fantasía tiene tantísima fuerza, que ha podido con mentiras, infidelidades, proposiciones de pareja abierta, prostíbulos y hasta la mismísima ruptura.
Para que veas el poder mental manejas, Raki.
“Me ha dejado y me siento mal”
Claro que te sientes mal.
Te montaste una superproducción de Hollywood en la que te contabas que él era el hombre de tu vida y pasaríais el resto de vuestros días juntos. El problema es que no había presupuesto para esa película, pero tú no te enteraste y seguiste escribiendo el guion todos los días.
Eso es lo que pasa cuando pones toda tu energía en una fantasía, en lugar de vivir en la tierra y valorar lo que la persona te ofrece en cada momento.
Si hubieras evaluado la relación, tal y como se iba presentando, lo hubieras mandado a la mierda después del primer año, cuando empezó con las mentiras y las lágrimas de cocodrilo.
Nos dices lo siguiente:
“Yo pensaba que era amor y que debía ayudarle porque él siempre volvía a mi pidiéndome perdón y ayuda y yo siempre estaba ahí, sufriendo muchísimo, pero entendiendo que solo a su lado podía ayudarle.“
Él te pedía perdón porque tú lo pillabas en sus mentiras y, como su perdón entraba totalmente dentro de esa fantasía maravillosa que te habías montado, entonces te engañabas a ti misma diciéndote que solo podrías ayudarlo estando a su lado y convirtiéndote así en su salvadora.
Y él se aprovechaba de esa capa de súper heroína que te colgabas en la espalda y, cada vez que lo pillabas en una de sus cagadas, te sacaba la carta de la pena porque sabía que te la comerías con patatas. Porque te interesaba seguir escribiendo el guion de tu película romántica.
Pero tú no puedes (ni debes) salvar a nadie que no seas tú misma y eso es algo que tienes que escribir a fuego en tu cabeza.
No es tu trabajo salvar a nadie de sus malas decisiones.
Pero, dentro de todo este debacle emocional, tenemos dos buena noticias:
Si has podido crear una fantasía en tu cabeza que tiene la fuerza de un tifón, significa que tienes el poder mental de conseguir cualquier cosa que te propongas en la vida.
Eso es así.
Tienes una fortaleza y testarudez mental que, bien canalizadas, pueden llevarte donde te dé la gana.
El problema es que las estás usando en el lugar que no toca.
Y aquí viene la segunda buena noticia:
Este tonto del higo te ha hecho el grandísimo favor de echarte de su vida, lo cual significa que esta energía tuya tan estupenda, ya puede ir dirigida a otro lugar.
Ahora solo falta que tú te pongas a ello.
El primer año de relación, fue estupendo, pero eso es solo una parte de la historia.
Es por eso que no deberíamos quedarnos anclados en un inicio maravilloso, especialmente cuando lo que le sigue es un infierno.
Este hombre ya te estaba mostrando qué tipo de relación quería: una en la que él pudiera entrar y salir cuando le diera la gana y acostarse con unas y con otras, siempre a escondidas, claro. Porque sabía perfectamente que no era el tipo de relación que tú anhelabas.
“A los pocos días, me enteré de que estaba en Tinder y mi derrumbe fue total.”
Corazón, este hombre seguramente ya estaba en Tinder desde hacía tiempo.
Se ha tirado por lo menos un año mintiéndote y poniéndote los cuernos, con lo cual no es muy descabellado pensar que su cuenta lleva activa unos cuantos meses, como poco.
Ahora te toca reconstruirte y recoger las valiosas lecciones que te ha dejado esta relación.
Voy a escribirte algunas, para que tengas por dónde empezar, pero estoy segura de que hay más.
Ahí van:
- Trabaja tu autoestima porque no está donde debería.
- Empieza a evaluar las relaciones por lo que son en cada momento y no por lo que fueron en el pasado o te gustaría que fueran en el futuro.
- Respétate a ti misma mandando a la mierda a quienes no te tratan con el respeto que mereces.
- Entiende que tú no puedes salvar a nadie.
- Ten en cuenta las banderas rojas porque sirven para avisarte de que esa persona no te dará lo que tú quieres.
Si recopilas toda esta información y la usas en tu futuro, esta historia te habrá servido para asentar las bases del tipo de relación que quieres en el futuro.
Y eso, amiga mía, es muy valioso.
Ojalá estés bien.
Te mando un abrazo enorme,
Silvia
Deja una respuesta