Hola Silvia, estoy intentando salir del duelo de una ruptura, intentando trabajar mi autoestima, mis heridas del pasado, mis patrones, mi apego, mi dificultad para soltar a gente que me hace daño con su comportamiento o que no me dan el tipo de relación que yo quiero, haciendo terapia, comprando tu curso… pero sigo atascada porque sigo echándolo de menos y sigo sin entender cómo llegamos aquí, si nunca paró de repetir que él quería de verdad que esto funcionara, que me quiere y que quiere un futuro conmigo. Te cuento un poco.
Cuando nos conocimos, aparentemente queríamos lo mismo, una relación de pareja de futuro, sana y madura, ya que ambos veníamos de varias relaciones complicadas en las que habíamos sufrido mucho y deseábamos ya encontrar a nuestro compañero de vida. Yo lo dejé porque en el año y medio que estuvimos juntos, se repetía siempre el mismo problema: cada vez que se enfadaba aplicaba la ley del hielo.
Cuando no vivía conmigo, desaparecía unos días dejando de escribir y llamar, como si hubiéramos roto, y después aparecía de nuevo como si nada hubiera pasado, sin querer hablar del problema y diciendo que él puede enfadarse, pero nunca pensar en dejar la relación. Sin embargo, cada vez que él hacía esto, yo me sentía abandonada y desesperada por entender su manera de comportarse. Yo vivía una ruptura y él solo un enfado.
Cuando vivía conmigo, dejaba de hablarme y la comunicación pasaba a ser la justa cuando nos cruzábamos en casa: “hola, adiós, sí, no, y me voy a la cama”. Si yo intentaba hablarlo, él no quería, y además se convertía en un monólogo en el que solo hablaba yo. Varias veces le expliqué que yo esos episodios no los llevaba bien y que yo necesitaba comunicación, saber cuando le molestaba algo y así poder arreglarlo.
Lo dejé varias veces porque eso no cambiaba. En la penúltima, dijo darse cuenta y querer ir a terapia, pero fue dos veces y como retomamos la relación, ya no fue más y el problema se volvió a repetir.
Lo dejé definitivamente en septiembre y corté contacto, pero en noviembre vino a pedirme disculpas, a reconocer todo y empezó terapia de nuevo, esta vez sí motivado y animado por cambiar ese problema que él mismo decía que lo alejaba de todas sus personas queridas. Fue a 5 sesiones, parecía otro, me pidió ser amigos y mantener contacto para que no se enfriara todo más. Yo acepté porque lo veía cambiado y trabajando para arreglar sus problemas y ver si las cosas podían marchar bien porque insistía en que me quería y quería retomar la relación.
Sin embargo, siendo solo amigos, el 21 de diciembre, se volvió a enfadar por algo que le dije y volvimos a lo mismo, primero desaparición 2 días, luego comunicación mínima y distante por wasaps, luego insistió en que no le pasaba nada, que eran cosas mías. Pero al final volvió a desaparecer todo el mes de enero, y volvió como si nada para preguntarme algo de trabajo. TODO MENOS RECONOCER QUE UNA VEZ MÁS, SE HABÍA ENFADADO Y HABÍA HECHO LO DE SIEMPRE, cortar contacto, cortar llamadas, quedadas y el buen rollo que nos traíamos desde principios de noviembre.
Y ahí le dije «¡hasta aquí! Si como amigo también me vas a hacer lo mismo, si como amigo tampoco eres estable, pues tampoco podemos ser amigos». Entonces, me acusó de estar viendo cosas donde no las hay, que si no estamos juntos no hay que hablarse todos los días, que supuestamente él estaba trabajando sus cosas por su cuenta con su psicólogo y mientras tanto lo único en que habíamos quedado era en mantener contacto, pero fue justamente eso lo que él no hizo al enfadarse de nuevo y poner distancia. Que sus sentimientos no habían cambiado, ni su idea de volver conmigo tampoco.
Sin embargo, por mucho que intentara negarlo, desde el 21 de diciembre que se había enfadado, el contacto había sido mínimo y sólo por wasaps los días de fiesta. Hasta el 28 de enero que me preguntó lo del trabajo y yo le dije que ya no iba a aguantar sus entradas y salidas de mi vida cada vez que se enfadaba por algo, primero como pareja y ahora también como amigos. Que él ya sabía que eso me hacía daño y que yo tenía que protegerme alejándome de él.
Así que después de dos días mandándome wasaps a los que yo no contestaba, decidí recordarle que respetara mi decisión de no tener contacto con él por mi bien. Y se ve que al final lo entendió porque no he vuelto a saber nada de él.
La pregunta es: ¿para qué volvió y me convenció de que veía el problema, de que iba a trabajarlo porque quería recuperarme, de que sabía que era él quién lo había echado todo a perder, de que me quiere y quiere un futuro conmigo, si al final ha vuelto a hacer lo mismo de siempre, Silvia? ¿Qué sentido tiene? Si yo ya lo había dejado, ya nos habíamos soltado… ¿Por qué volver? ¿Para qué las sesiones de psicólogo? (Justo después del enfado, las dejó y que yo sepa ya no volvió).
Sé que hice bien en dejarlo porque si no está dispuesto a comunicarse y a solucionar los enfados de manera coherente y civilizada, es imposible tener una relación sana y madura con él, pero sigo pensando en él. Sigo tratando de buscarle una lógica a todo, de entender por qué lo volvió a echar todo a perder, si el día que me pidió perdón lloraba a moco a tendido, diciendo que me quería y de verdad quería hacer todo lo que estuviera en su mano para aprender a comunicarse y que pudiéramos volver a estar juntos, pero bien.
Y, sobre todo, pienso en por qué yo le volví a creer. ¿Por qué darle más oportunidades? ¿Por qué me cuesta tanto soltar si me sé super bien la teoría: que yo no puedo arreglar sus problemas, que no puedo cambiarle, ni puedo ayudarle, ni puedo cambiar sus decisiones, ni tengo la culpa de lo que le pasa? ¿Por qué me sigue dando pena y siento más compasión por él que por mí? En cuanto se me pasa el enfado de las cosas que hace, mi empatía se vuelve loca y empieza a verlo como un sufridor que quiere pero no puede y aparece la pena, la tristeza y el bucle de preguntas que te acabo de soltar.
Sé que voy por buen camino, pero necesito un poco de luz Silvia. Y tu eres mi rayo de sol. Mil gracias.
Mariola
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CM dice
He vivido tu misma situación. Idas y venidas motivadas por una mala gestión emocional, en el caso de mi ex se trataba de faltas de respeto, no de silencios. 2 años y medio de pérdida de tiempo y amor propio, con el simulacro de psicólogo incluido además! Al final me cansé y le dije adiós mientras me prometía cambiar (otra vez) y lloraba amargamente q se quería casar conmigo…
Intenté terminar bien y tampoco fue posible. A los meses, mientras yo seguía en mi duelo, él ya se paseaba con otra por toda Red social donde yo pudiera verlo… Moraleja??? Aún la estoy buscando!!!!
MIR dice
Muchas veces, no hay coherencia alguna entre lo que dicen y lo que hacen. Y lo que dicen, no lo dicen desde un lugar de implicación. Puede que lo sienta así en el momento de decirlo pero media hora después ya no se sostiene. ¿Por qué? Ni idea y seguramente tampoco tenga importancia. La pregunta es porqué se sigue con un tipo con ese comportamiento. ¿Conexión, atracción? Son necesarias pero no suficientes para tener una relación consistente en el tiempo. Si no se gestionan los conflictos, no hay relación que sobreviva sanamente. Ánimos
María dice
Lamentablemente, hay personas que abusan del buen corazón y empatía de otras utilizando todo eso para manipularte y retenerte a su lado cueste lo que cueste, incluso siendo ellos quienes no paran de apartarse una y otra vez, pero nunca terminan de soltarte. Como dice Silvia, todo el rato te manipulaba, incluso hasta cuando erais amigos (otra forma de tenerte ahí).
Qué dura es la ley del hielo… Yo la he vivido en numerosas ocasiones durante 6 años! Pero él jamás me hablaba, contestaba mis llamadas e incluso si nos veíamos por la calle ni me saludaba. Cualquier cosa le valía para castigarme y luego aparecer como si nada (cuando yo pretendía hablar la situación, se ponía de muy mal humor, era su forma de avisarme de que sí seguía por ahí, me volvía a castigar) y al final estás tan manipulada que ni siquiera eres capaz de hablar, por evitar confrontamientos.
Te entiendo tanto Mariola…un abrazo!
Rocío Vilabril dice
Parece que estaba leyendo mi historia.
Creo que cuando somos valientes y lo dejamos lo que mejor podemos hacer por nosotras es desintoxicarnos. Contacto cero. Ánimo.
Rocío Vilabril dice
Gracias
Concha dice
Yo estoy ahora mismo en esa situación… Una persona que me dice que me ama «muchísimo» y hay días que me lleva al cielo y luego, desaparece 1 día o me deja los WhatsApp en » vistos» horas y horas o, lo que es peor, desconecta su móvil y me toca esperar a que vuelva a encenderlo para hablar con él, cosa que tampoco es fácil porque hay distancia geográfica de por medio …
El caso es que tengo absoluto enganche y mono con él. Y cuando vuelve olvido todos mis buenos propósitos de decir » hasta aquí».
Además ahora está atravesando un problema grave que le tiene concentrado en eso y sé, sinceramente, que lo está pasando mal por ello, pero se encierra en sí mismo y no me deja acercarme para ayudarle.
Sé que también eso motiva sus «desconexiones» y quizás también por eso no soy capaz de poner límite a la situación: sé por lo que está pasando y me puede mucho más mi afán de ayudarle que el que yo lo pase mal por sus » ausencias» puntuales…
No sé, es todo muy complicado….
Ara dice
7 años en que cada vez que había un conflicto el desaparecía durante meses, la última vez cinco meses nada más y nada menos! Y luego volvía como si no hubiera pasado nada!
No vivíamos en la misma ciudad por cuestiones de trabajo pero yo pasaba temporadas largas con él, de repente algo se le cruzaba y dejaba de hablarme, sin más, obviamente yo me volvía a mi casa después de intentar hablar las cosas sin éxito y ya en casa le mandaba mensajes diciendo como me sentía, que las cosas se hablaban … su mensaje ha sido visto e ignorado con éxito!
Hasta ayer, volví a decirle como me sentía y me ignoro de nuevo.
Se acabó, esto no es ni va a ser nunca una relación sana ni normal. Bloqueado en mis redes sociales y en mi vida! Contacto cero.
Anabel dice
Como muchas otras escuchaba la historia y parecia que fuera para mi.
La primera vez desaparecio a los dos meses de conocernos yo recien operada pq le llame 2 veces y le mande 3 waspas. Lo suyo era agobio no enfado
Volviomos y empezo a ir a terapia. a los 15 dias volvio a desaparecer despues d pasar un fin de semana idilico juntos.
el siempre reconocio que tenia un problema que le agobiaba lo que implicaba tener pareja y no era la primera vez que le pasaba
en su segundo ghosting le dije por wasap que se acabo y me escribio despeus de 8 dias desparecido para decirme que era maravillosa y lo entendia
se que dejo la terpapia ese mismo dia, el iba por mi, no iba por el porque por el segun deci ano le hacia falta pero iba queria estar cnmigo y que esto saliera bien
A dia de hoy sigo esperando se digne a devolverme mis cosas, y yo las llaves de su casa, no le he escrito porque paso…
esta gente nunca va a cambiar y es agotador
Marga dice
Me he sentido muy identificada. Yo a esos silencios los llamaba silencios castigadores porque me castigaba por «algo que había hecho», un día, cuando aún no había hijos y le pregunté me dijo que pensara «que había hecho yo» para él estar así. Luego él me lo decía (o no) para que «no se repitieran» y eran cosas para mí sin importancia o inherentes a mi personalidad lo cual me apagaba. Pero pasaron 10 años y dos hijos de por medio y aguanté estar ahí porque lo quería: el veía mis «defectos» y tenía suerte de que yo viendo los suyos estaba con él. La primera vez q lo dejamos volvimos porque yo quería y él tambien me decía q me quería mucho, aun no había hijos. Luego, 10 años después, siendo es9s silencios la tonica, fue él que me dejó.. se marchó de casa. Se negó ir a terapia, pareciera que el problema lo tuviera yo solo y él todas las razones para dejarlo y ningun interés por solucionar las cosas. La realidad es que las razones las tuve ANTES yo pero no quise verlo. Me ha/está costando mucho y si alguien lo lee y se siente identificada que no pase esa bandera roja.
La realidad es que el sigue actuando igual si se le cruzan los cables.. ya no somos pareja pero tenemos hijos en común y la ansiedad que me produce a veces es la misma de cuando viviamos en el mismo techo. Pero sin un apice de amor o compasión y apaga moviles o no lo coge si quiero hablar con mis hijos. No nos merecemos eso. Es el aprendizaje que he sacado, marcar como estándar el q no haya bajo ningún concepto este tipo de situaciones recurrentes (junto con otras asociadas del estilo) por mucho que te obceques que esa es la persona de tu vida. No lo es y ahí no es.
Ángel dice
Hola Mari Carmen, no le des más vueltas, has topado con TDH como mi ex. A mí me hacía lo mismo, se enfadaba por chorradas varias y me metía en el congelador unas horas o días. Cuando yo iba detrás preguntando qué pasaba se dejaba querer y al cabo de unos días me concedía «audiencia» para explicarme cual había sido mi pecado capital. Eran gilipolleces de una persona egocéntrica que quería castigarme para que así cogiera mi mando a distancia. Era un tema de manipulación y control.
Y en cuanto a por qué aguantamos tanta 💩? Pues porque generamos un enganche brutal de esta gentuza que además empleaban otras técnicas para convertirse en nuestro camello (refuerzo intermitente, luz de gas, etc).
En conclusión, has hecho lo mejor mandándolo a la 💩. A mí me descartó y y me hundí en ella demasiado tiempo. Esas personas no sirven para una relación sana ni de pareja ni de amistad.
Ánimo y palante 💪