Hola Silvia, hace 6 meses empecé con un chico muy especial, sensible y cercano que cumplía mis estándares.
Desde el principio, me dejó muy claro que yo también cumplía los suyos y que le gustaría que fuéramos pareja y construir algo bonito. Era todo mágico, jamás nos habíamos sentido así con alguien.
Yo le conté que estaba trabajando mi herida de infancia en terapia y por mis circunstancias vitales adversas iba a ser difícil. Él dejó muy claro que se quería quedar porque le merecía mucho la pena. Me cuidó, me apoyó, me dio cariño y seguridad como nadie antes. Fue una historia sana, preciosa, generosa y tierna.
No obstante, todas esas circunstancias y mi herida hacía que a veces yo reaccionara. Explicándole luego de dónde venía, él me entendía. Me fui relajando, confiando y metiéndome más en lo nuestro.
Un día, tuvimos una discusión donde ambos actuamos respondiendo desde nuestra herida y a partir de ahí él no era capaz de que lo habláramos, se encerró en sí mismo. Sufrí mucho, se lo dije, pero él estaba totalmente bloqueado.
Tras eso, decidimos repararlo y que debíamos tener conversaciones para actuar en equipo. Él lo intentaba, pero ya estaba más ausente, mal consigo mismo, y al final tuve que dejarlo para protegerme.
Había cosas que le habían herido o necesitado, nunca me las dijo por no saber comunicar cosas no positivas. Al desconocerlo, yo no tuve oportunidad de darle soporte.
Nuestro final ha sido con palabras bonitas de amor e incluso de esperanza de arreglo, pero tras empezar a ir él a terapia (yo se lo recomendé), reconoce que cometió el error garrafal de no saber comunicar su malestar, de bloquearse y que colapsó sin tener herramientas. Ahora, aunque me quiere y quiere estar conmigo, dice sentir dolor y no puede volver.
Yo estoy desolada, nos queremos y no queremos estar con nadie más y no asumo que con tanto material bueno no podamos ponernos mano a mano a construirlo bien cuando todo lo demás es compatible, nos queremos y queremos lo mismo.
Noriko
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¡Hasta la próxima!
Sandra dice
Si os queréis y sois el uno para el otro como dices, deja que la vida haga su trabajo, y tú haz el tuyo, trabaja en tí, sana tus heridas y él hará lo mismo, si después de eso, el sentimiento sigue siendo el mismo, la vida os volverá a cruzar como y cuando crea oportuno , pero ya sanados, sino aparecerá otra persona. Recuerda, q no hay tormenta que dure para siempre y que al final siempre sale el sol.