«Tinder sólo sirve si lo único que quieres es sexo».
«Todos los que están ahí son unos raritos o están desesperados».
«Nadie se lo toma en serio».
Estas son algunas de la concepciones generalizadas sobre las aplicaciones como Tinder y no podrían ser más erróneas. La cifra de parejas que se han conocido online sube como la espuma y cada año hay más matrimonios que empezaron con un «like».
Esto no significa que algunos usuarios sólo quieran una relación esporádica, que otros tantos sean más raros que un perro verde y que la mayoría se lo tome como un mero pasatiempo al que jugar en el transporte público de camino al trabajo.
Pero lo mismo ocurre con alguien a quien conoces de fiesta o en la cola del Starbucks.
La mayoría de las personas con las que vas a tener una cita no se convertirán en tu pareja, las conozcas por internet o a través del amigo de turno. Es un hecho. Así que la forma de conocerse no es el factor que determinará la naturaleza de la relación o su desarrollo.
Si alguien sólo quiere echar un polvo, su intención será la misma, te conozca por Tinder o en la sección de religión de la librería del barrio. Eso tenlo bien claro.
Dicho esto,
¿Por qué deberías darles una oportunidad a las aplicaciones para ligar?
1. Los números no mienten
Las estadísticas indican que las webs de citas están pisando cada vez más fuerte, sobre todo desde que salieron las aplicaciones para móvil. Un estudio conducido por el departamento de psicología de la Universidad de Chicago concluyó que en 2013, un tercio de los matrimonios de los EEUU empezaban online. Ahí es nada.
Si crees que eso sólo ocurre al otro lado del charco, te equivocas. Yo misma conocí a uno de mis ex novios por Tinder y aproximadamente la mitad de mis amistades y clientes con pareja a día de hoy se conocieron a través de esta app u otra similar.
Piensa en tu grupo de amigos y en tus conocidos. Seguro que conoces a más de una pareja que se conoció por internet. ¿Crees que son la excepción que confirma la regla? Según mis colegas americanos, ellos son la regla.
2. Le dan un empujoncito al destino
¿Sabes ese vecino buenorro que vive a 10 metros de ti pero que no te cruzas ni que lo intentes?
Pues lo mismo pasa con cientos de personas. Están ahí, viven en tu ciudad, quizás hasta en tu misma calle, pero no los vas a ver nunca. Y si lo haces, será de pasada, sin tener la oportunidad de hablar con ellos, lo cual hará que nunca lleguéis explorar esa increíble conexión que hubierais compartido, en el caso de haberse cruzado vuestros caminos de un modo distinto… Ah, espera, que existen webs y aplicaciones que ponen en contacto a gente que vive cerca de ti y que también está abierta al amor. Pues nada, ¡problema solucionado!
3. Eliminan a los que no están en el mercado
Viernes noche. Bar musical. Buen ambiente. Conoces a un maromo de los que saben seducir únicamente con la mirada. Pero además te habla y su sex appeal sufre un incremento del 100%. Sí, es de esos que lo mismo te cuenta un chiste que te comenta, con lágrimas en los ojos, lo mal que lo pasó cuando murió su hámster. Y tú suspiras y te pierdes en la conversación y ya te ves de su mano paseando por la calle (vale, esto solamente nos pasa a las locas psicóticas (término de la calle, no psicológico) como yo).
Hasta que te suelta un «esta película es muy buena, la vi en el cine la semana pasada con mi novia«.
Ese es el momento exacto en el que sale la actriz revelación que hay en ti, haciendo esa cara de póker que te hubiera valido la nominación al Oscar, si la película hubiera sido grabada en lugar de existir solamente en tu cabeza.
¿Sabes dónde no tienes que preocuparte de que esa persona interesante que acabas de conocer no tenga ya pareja? Sí, lo adivinaste, en las aplicaciones para ligar. (Siempre salvando a esos/as cara duras que están una relación y no temen que alguien conocido les vea por ahí promocionando su cuerpo serrano).
4. Tú marcas las reglas
¿Alguna vez has estado tonteando con alguien y de repente te das cuenta de que te sacan 10 años o se los sacas tú? El amor no tiene edad y todo lo que tú quieras, pero hay gente que no aparenta la edad que tiene, pero su mentalidad es exactamente la que su carné de identidad indica. ¡Cuánto daño han hecho las barbas y el maquillaje!
Estáis en momentos vitales totalmente distintos y es normal que a ti no te apetezca nada convertirte en maestro y mentor de alguien sin experiencia o adaptarte al estilo de vida de una persona que ya se ha cansado de ciertas cosas que a ti aún te toca vivir.
Existen las excepciones, por supuesto, pero son eso: excepciones.
Todas las aplicaciones para encontrar pareja te permiten definir ciertos criterios de búsqueda, como la edad o la distancia. Eso te salva de situaciones incómodas en las que saldrías por patas al darte cuenta del berenjenal en el que te has metido.
5. Son un buen remedio para la timidez
¿Te acuerdas de todas las veces que has visto a alguien que te ha gustado, pero no te has atrevido a decirle nada?
La timidez es una de las razones principales por las cuales la gente no liga. Evidentemente tiene mucho que ver con el miedo al rechazo, a hacer el ridículo y a que tu autoestima salga dañada.
Ligar online es mucho más fácil porque no estás en frente de esa persona, lo cual le quita mucho hierro al asunto y, además, tienes un gran abanico de posibilidades, así que si alguien no te contesta, no es el fin del mundo. Hay cientos de personas a tu alcance, preparadas para sacar sus dotes de seducción y darlo todo contigo.
La mayoría de aplicaciones tienen la característica de no poder hablar con alguien a menos que ambos os hayáis gustado, lo cual también elimina la duda de ¿»le pareceré guapo/a»?
Sí, soy consciente de que los hombres le dan al «like» como si les pagaran por ello, pero a la hora de iniciar una conversación son más selectivos y algunos hasta se leen las biografías, así que chicas, no me seáis rancias y escribid algo sobre vosotras para facilitarles un poco el trabajo, que bastante tienen ya con conseguir captar nuestra atención.
6. Te ayudan a ahorrarte citas incómodas
¿Alguna vez has conocido a alguien muy brevemente, habéis intercambiado teléfonos y os habéis ido de cita sin prácticamente haber hablado nada?
¿Has ligado con alguien de fiesta con unas copas de más encima y habéis quedado para otro día, pero apenas recuerdas su cara o nada de lo que hablasteis?
Este tipo de citas pueden salir bien, pero tienen todas las papeletas de ser un desastre monumental porque no habéis tenido una conversación previa o habéis gozado de la sobriedad claridad mental necesaria para saber si hay una conexión real o simplemente os gustáis físicamente.
No pasa absolutamente nada por probar sin conocer, pero las probabilidades de tener una buena cita se multiplican cuando has pasado unos días chateando con alguien o, mejor aún, hablando por teléfono. Esto te lo digo desde la experiencia y vale tanto para personas que conoces online como en situaciones cotidianas.
Cuando era más jovencita no me importaba lanzarme a la aventura, pero después de acumular varias malas citas, empecé a ir un poco más lenta a la hora de decidir si quería quedar con alguien o no, dando tiempo a que la conversación y la química fluyeran o se murieran en el intento.
El número de citas descendió, pero la calidad aumentó de forma increíble. Aunque en la cita no surgiera ese factor magia que no puede predecirse hasta que no se tiene a la persona delante, me lo pasaba genial y en el peor de los casos acababa siendo un rato divertido o el inicio de una buena amistad.
Y tú qué, ¿has probado ya Tinder o cualquier otra aplicación para ligar? ¿Qué resultados te han dado? Cuéntamelo en los comentarios.
Un abrazo,
Silvia Llop
Laura dice
¡Hola Silvia!
Me ha encantado tu post, muchas gracias!
Mi historia con tinder es la siguiente. Siempre he sido un poco reacia a este tipo de aplicaciones, quizás porque vengo de una zona muy pequeña, donde todos nos conocemos y la idea de que gente conocida me viera me hacía preguntarme ¿qué pensarían de mi? ¿que soy una desesperada? Pero me mudé. Llevo varios años viviendo en el extranjero, distintos países y conocer gente cada vez se vuelve más difícil, sobretodo cuando los que te rodean son más fríos que un glaciar! Me metí en diversos grupos de gente extranjera en la ciudad en la que vivía para hacer amigos y, estos nuevos amigos hablaban de las aplicaciones para ligar como lo más normal del mundo, así que le di la oportunidad. Tuve varias citas, unas mejores que otras, unas tuvieron segunda y tercera e incluso alguna más, otras se quedaron en una. Algunas aunque cortas fueron intensas, otras me marchaba pensando «uf que mal, menos mal que ya me voy!». Y un día hice match con un chico que tenía una foto bonita. Me pilló de resaca total y sin hablar mucho decidimos quedar y conocernos en persona, total, mejor pasar el trago rápidamente y si no me gusta pues no pierdo días chateando. La cita fue muy buena, conectamos rápidamente, teníamos un sentido del humor muy parecido y entre cerveza y cerveza acabamos besándonos. Esta cita llevó a otra, y te voy a ser sincera, claro que el chico me atraía pero tampoco es que me «muriera de amor» pero estaba bien para pasar el rato, nos lo pasábamos bien y teníamos un humor bastante parecido, así que, ¿por qué no seguir pasándolo bien?. Pues, ahora, un más año después seguimos juntos, es mi pareja y me encanta, le quiero con locura!
Así que con un resultado tan bueno como el que tengo, solo puedo recomendar a la gente a darle una oportunidad a este tipo de aplicaciones!
Un saludo
Silvia Llop dice
Hola Laura, muchas gracias por compartir tu historia. Qué buena forma has tenido de resumir el funcionamiento de una App para ligar, que viene a ser el mismo que la vida real. A veces tienes citas de espanto, otras están bien, pero no hay continuidad y otras llevan a encontrar a una persona con quien puedes construir una relación, aunque al principio no lo tuvieras nada claro. Qué cosas tiene el amor… Un besazo.
Rebeca dice
Yo conocí al mío en una página de citas y después de un año y medio de no ver lo evidente, las cosas terminaron como yo no lo imaginé y desilusione y me decepcione. Y con esto q cuentas quizá en un tiempo más, de nuevo le de una oportunidad a las páginas de citas, me da una esperanza. Y también tener la asesoría adecuada