Lo primero, Silvia, agradecerte tus consejos, que personalmente me están ayudando muchísimo.
Hace ya un par de años que estoy soltera. Hace 6, conocí a una persona de la cual me enamoré perdidamente, aunque resultó tener novia y vivir con ella. Aquella situación marcó un antes y un después en mi vida, ya que aquel hombre me destrozó tanto física, como psicológicamente.
Pasó el tiempo y, tras ello, he conocido tan solo a una persona, pero nunca me llegué a enamorar, ni sentir lo mismo, por lo que aquella relación se terminó. Él era un buen chico, pero yo no le amaba. Pasaron un par de años en los cuales no conocí a nadie, ni siquiera sexo. Decidí dedicarme a mí y obtener un buen futuro sacándome una oposición.
Hace poco, sentí que estaba preparada para conocer a alguien especial. Hacía un año que un chico de Facebook me había hablado. Yo no le seguí el rollo en ese entonces, pero al ver su conversación, decidí escribirle.
Al principio, hablamos por la red social pero al segundo día le pedí el teléfono para más comodidad.
Él me dijo que no buscaba una pareja. Yo le agradecí su sinceridad y le expliqué que aunque yo no buscaba de primeras nada, tampoco me cerraba en banda, con lo cual, estábamos en etapas diferentes. Le deseé lo mejor y me despedí.
Él me insistió en conocernos y me dijo que quizás no había conocido hasta ahora a alguien que mereciera la pena.
Decidí seguir hablando con él y la compatibilidad fue brutal.
Éramos iguales en todos los sentidos: mismos objetivos, no queríamos hijos, dedicados al cien por cien a nuestro perrito, amantes de la montaña, etc.
Él me dijo que lo había dejado con su pareja hacía 3 años, ya que ella quería tener hijos, pero él no. (Lo mismo me pasó a mí con mi ex, él quería y yo no).
Tras una semana hablando todos los días todo el rato, decidimos quedar.
Fue todo genial, dimos un paseo y los perros se conocieron. Tras ese encuentro, no volví a saber nada más de él. Le escribí un par de veces para ver qué tal estaba y su respuesta siempre fue: “estoy cansado. Me voy a descansar ya”. Tras eso, le comenté medio entre bromas: “ha sido conocerme y dejar de hablarme”. Y le borré.
Agradecería tu opinión, ya que creo que sincero no fue del todo desde el principio con esa frase esperanzadora. Un abrazo, Silvia.
Yelina
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