Hola Silvia,
Conocí a mi ex de forma completamente casual (empezamos a hablar por Instagram, éramos contactos pero no nos conocíamos personalmente), y de pronto conectamos de tal manera que nos pasábamos horas chateando. El primer día ya me dio su número de WhatsApp.
Yo hacía unos meses que había terminado una relación larga y estaba bien, aunque con pocas ganas de empezar de cero. Él hacía más de dos años que se había separado de su ex y teníamos 500 km de distancia.
El hecho de saberle lejos, hizo que me abriera un poco, y estuvimos más de un mes hablando durante horas al día. Enseguida pasamos a llamadas de voz y luego videollamadas. Estábamos locos por vernos físicamente y finalmente sucedió a primeros del pasado diciembre. Desde entonces, empezamos una relación a distancia (no era problema para ninguno de los dos), y él me integró en su familia (vivía con su madre y con su hija de casi 4 años, en custodia compartida). Dos veces al mes iba yo a verle y me quedaba una semana, porque él tenía a su hija a diario y venir a verme a mí, suponía hacer 500 km para solo un finde.
La cosa fue yendo a más. Hacíamos planes para vivir juntos y yo buscaba trabajo donde vive él. Incluso fue a ver algunas casas. Yo estaba integrada en su familia (porque me quedaba en casa con ellos) aunque nunca en 8-9 meses me presentó a ningún amigo. Compartió algunas fotos de ambos en Instagram, pero luego le vi conversaciones privadas en las que negaba que yo fuese su pareja.
En junio, le propuse si consideraría tener un hijo conmigo. Sé que había pocas opciones (él no quería más, de hecho tenía una vasectomía reciente), pero le dije simplemente que lo considerase, que era importante para mí pero no definitivo.
Desde esa conversación él cambió, y yo lo achaqué a que se había agobiado. Quizás calculé mal: llevaba 8 meses siendo hiper cariñoso, hablando muchísimo entre ambos, diciéndome que estaba en nosotros cuidar esta relación, con mucha química, me sentía superintegrada en su mundo, con planes de vida juntos, su hija y su madre me adoraban…
En julio, habíamos planeado pasar el mes juntos en una casa junto al mar, con su hija y su madre. Y el mes de agosto, los dos solos en mi casa.
El mes de julio fue una pesadilla: desde el primer día que vino, yo me sentí totalmente rechazada. Ya ni tenía ganas de tener sexo conmigo, todo lo que decía o hacía le molestaba, era un rechazo absoluto. Yo seguía achacándolo al tema del niño. Quedamos en hablarlo con tranquilidad en agosto, los dos solos, pero la convivencia con la peque (época de rabietas, echaba de menos a su madre, la primera vez tanto tiempo separada de ella) pues lo hizo complicado. Me contestó de mala manera una noche de agobio que si a veces sentía que no podía con una, imagina con dos, y de madres diferentes. Que me olvidase del tema.
Yo lloré muchísimo esa noche, pero sobre todo por las malas maneras. Yo ya tengo pocas opciones de ser madre (por mi edad) y no quería serlo sola, así que se lo planteé porque a él le encanta ser padre y la cuida mucho mejor que su ex. Casi te diría que la madre coraje es él. Y le dije: quizás lo hablamos entre los dos y decidimos juntos que lo mejor es no tenerlo, pero quiero hablarlo bien contigo porque es nuestro futuro, y si lo decidimos juntos, nunca habrá reproches (él decía que no quería ser el culpable de que yo no tuviese hijos, y no lo es, yo ya lo había descartado, era una última opción que apareció con él y no quería dejar escapar).
El caso es que además no paraba de tontear por Instagram y WhatsApp con un montón de tías, lo veía a diario, y en lugar de calmarme, me decía «no tengo nada que esconder», (aunque no me enseñaba las conversaciones) y se ponía cabreado por mi reacción. Esto no había pasado nunca antes del verano.
Me acabó confesando una noche que se sentía de capa caída con lo nuestro (hasta entonces, 8 meses de azúcar y mimos mutuos a todas horas), que no sabía si estábamos en fases diferentes… Me dijo: «déjame que pase una semana en casa solo, necesito volver a echarte de menos». Se fue a casa, supuestamente íbamos a pasar agosto juntos y solos en mi casa.
Una semana después, como no me daba muchas señales de vida, le mandé un audio diciendo «mira yo te quiero muchísimo y si tú también me quieres, lo demás ya lo arreglaremos juntos». Acabó cortando conmigo por wasap, ni siquiera llamó por teléfono.
Ahora creo que se desenamoró y que no sabía cómo romper conmigo. Quizás la conversación del bebé fue la gota que colmó su vaso, quizás no. En junio yo le notaba ya ausente, pero cuando le preguntaba, nunca me dijo nada de que tuviera dudas de nosotros, solo que la cría ya no tenía cole y que al tenerla todo el día, estaba más complicada la comunicación… Pero no era eso, era la calidad de nuestras conversaciones. Ya se estaba yendo, y yo pensé que era por lo de tener un hijo juntos, le quise dar espacio. No lo vi venir.
He leído tu libro y creo que si hubiera hecho mis estándares, él los habría cumplido todos durante 8 meses, hasta que llegó junio. Yo no vi las alarmas, pensé que era nuestra primera crisis, y en lugar de eso, me encuentro con una ruptura de mala manera. Y una vez que estás en medio de algo así, superenamorada, y ves algo que parece una crisis, pero luego te estalla en la cara…
El mes de julio fue una pesadilla para todos y yo deseaba que llegase agosto para poder tener tiempo los dos solos y hablar bien, pero ni siquiera me dio la opción.
No sé cómo se puede pasar de un día para otro de estar planificando un futuro juntos y estar (aparentemente) superilusionado y feliz en una relación, a romper por WhatsApp. O hablar durante horas conmigo y no querer confesarme que tiene dudas de la relación. No lo vi venir, y no sé si puedo hacer algo para evitar que esto me vuelva a pasar en un futuro (yo pensaba que nuestra comunicación era buena, hasta que le noté ausente, y lo achaqué a que le había soltado un jamón importante con lo de tener un hijo, pero no pensé que eso precipitase nuestra ruptura).
Me dejo muchas cosas en el tintero, pero no quiero extenderme más, muchas gracias por todos tus consejos.
Un abrazo.
Maya
A continuación, el audio respondiendo a esta consulta y comentando los temas más importantes que se pueden extraer de ella.
¿Qué te ha parecido este episodio? ¿Quieres comentarle algo a nuestra protagonista de hoy? En la sección de comentarios, puedes darnos tu opinión y tus consejos.
Si quieres ser protagonista de un nuevo episodio de PsicoAmor, haz clic aquí para formular tu consulta.
Tenemos un maravilloso grupo de Telegram para suscriptoras y puedes unirte desde aquí.
Esto es todo por hoy.
Nos vemos cada martes y viernes a las 7 de la mañana con un nuevo episodio de PsicoAmor.
¡Hasta la próxima!
Marta dice
Porque somos todas tan feministas hasta que nos hablan de la ex¿
La manera en que habla un hombre de su ex o de la madre de sus hijos, es una información muy valiosa
Jose Rayón dice
👏🏻👏🏻👏🏻
Su dice
Marta, a qué te refieres exactamente? Lo podrías explicar un poco…
Alber dice
👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
María Wagecuck dice
Pues escuchando no una sino 2 veces el episodio, me parece que el tío es casi el mismo patrón de uno con el que yo estuve. Hasta me he preguntado si no será el mismo tío, porque hace las mismas mierdas y este también tiene hecha la vasectomía. Incluso es de otra comunidad autónoma, está a 500 km. Me he asustado y todo, aunque imagino que no será el mismo. Pero vamos, unos angelitos. Mejor cuanto más lejos y mucho ánimo para Maya y para mí también ya de paso jejeje
Veronica Montoro dice
Totalmente identificada con este capítulo, sobretodo lo de tontear a diario con otras tias por IG y WhatsApp pero cuando yo lo intentaba hablar con calma para entender que pasa se pone en plan defensivo y me deja de hablar – nunca se solucionaba nada al respecto porque yo me quedaba peor y encima me acusaba de celosa e intentar controlarlo 🙈
Relación superficial donde espera que todo vaya bien pero de momento que sale algún posible tema donde hay que dialogar desaparece.
No me consideró a la hora de ir a ver a su madre a Argentina y llevábamos casi 2 años juntos!
Totalmente evasivo, la ruptura fue súper dolorosa para mi, por WhatsApp y sin en realidad hablar nada porque necesitaba tiempo para pensar. Intentó engancharme emocionalmente mandado un WhatsApp una semana después sin ofrecer nada, pero no reaccioné y una semana más tarde me llamó, cuando notó que mi voz estaba seria (en lugar de súper feliz de saber de él) reaccionó de manera hostil con lo que me coloqué la corona y con mucho tacto lo mandé a la mierda y le bloqueé!
Patricia Ayala Hdez dice
Hola Maya! Entiendo perfectamente por lo que pasaste,porque ha sido casi tal cual con mis dos últimas relaciones,que fueron padres separados. Desconozco la edad que tienes. Yo ahora tengo 44,y soy madre soltera por elección propia.
Te mando un super abrazo desde Tenerife. Reina❤️❤️
Veronica Navarro Richart dice
Que buen episodio, me siento muy identificada con el patrón de dejar pasar los problemas y no tratar los problemas que surgen. Gracias!
Ana dice
Como te entiendo…. al principio es bonito y te enamoras, luego empiezas a ver lo que no te cuadra, pero ya estas enamorada, y es difícil…. a mi también me paso, y por más tiempo…. cada vez que había un problema adiós, y al final las dejaba pasar, error máximo, por cerrar los ojos las cosas no dejan de pasar. 🙁