Hola Silvia, he descubierto hace poco PsicoAmor y te agradezco tu trabajo. Tus episodios me están ayudando mucho. Soy un hombre de 34 años y te escribo mi experiencia porque no puedo desprenderme de un sentimiento de culpabilidad.
Conocí a una chica en una app hace dos meses. A la semana de hablarnos, tuvimos una primera cita y me lo pasé genial: teníamos mucha compatibilidad, y mismos gustos y valores, muy buen rollo. A la semana, tuvimos la segunda cita y nos besamos. A la tercera, nos volvimos a besar. Siempre noté buen rollo, y aunque siempre proponía quedar yo, ella ponía ganas de prolongar las citas.
Me parecía una chica perfecta para tener una futura relación. Sin embargo, me hablaba de lo muy ocupada que estaba en el trabajo, y que cada sábado quedaba con sus amigos, como algo sagrado, lo que me hizo no ponerme pesado a escribirle o proponerle quedar.
Propuse una cuarta cita que no se dio porque el día anterior había salido de fiesta, y después de contestarme tarde, el día de la cita por la mañana se excusó en que no se encontraba bien por la fiesta del día anterior y ante su respuesta mareándome, le dije de quedar otro día. Me hizo desconfiar.
Pasaron varios días hablándonos pero más fríamente, y le dije que si no quería quedar más, que lo entendía y que lo dejábamos así. Me dijo que no sentía conexión conmigo, que en las citas todo bien, pero que no sentía locura, ni ilusión de escribirme, aunque me consideraba atractivo. Sin embargo, me dijo de quedar.
Cuarta cita: todo bien, y nos terminamos besando. Quinta cita: viene a mi ciudad, nos besamos, y estuvimos a punto de ir a mi casa. Sexta cita: no se encuentra bien, no me besa, y se despide rápido. Luego por texto me dice que a pesar de estar mal, quería verme. Séptima cita: me propone quedar, todo muy bien, pero cuando le digo que “no estaría mal” tener algo juntos, me recrimina de hablar en condicional, no ser directo y no ser más claro. Terminamos en su casa. Octava cita al cabo de dos semanas porque está fuera: viene a mi ciudad, fue todo insulso, hicimos un café, y fue un visto y no visto y no me besó.
Me estaba cansando de sentir que siempre era yo quien escribía, aunque me contestara siempre, y que las conversaciones no fluyeran. Eso me hacía no seguir, ni proponerle quedar. Total, ella tampoco lo hacía. Aunque a los días de la última cita fue su cumpleaños y la felicité, y le pregunté qué hacía. Me responde que está con sus amigos, yo ya no propongo nada porque no siento que esté en ese círculo de proximidad. Como nunca me escribe ella, pruebo de no escribirle más para comprobar si pone de su parte. Pasan 5 días y termino escribiéndole yo. Respuestas monosílabo, tarda más en contestar.
Finalmente hago un “Mira Manolo” hacia ella. Le escribo diciéndole que yo sé lo que quiero, que tengo las cosas claras, que me gusta y que quiero que nos sigamos viendo. Me responde que no tiene necesidad de escribirme, que no se ve conmigo, y que ella no pone iniciativa de su parte y que desde el principio no sintió conexión.
Hasta ahí bien, pero luego me recriminó que aunque yo tenga iniciativa, yo no pongo empeño, que no entiende de qué voy, que no tiene sentido vernos poco, que no le convence mi postura de “ya veremos cómo sigue esto”, que no fui a verla para su cumpleaños, que me había pedido proximidad, pero que yo no la daba, ni cambiaba. Le insisto en que yo quiero poner empeño, que confíe en mí, que creo en tener algo más, y que quiero quedar. Su respuesta ha sido cerrarse, excusarse en que no pone iniciativa porque yo no pongo emoción, negar mis sentimientos por ella, y no querer quedar porque lo considera forzado.
Me ha hecho sentir mal, responsable, como si yo fuera un tonto del higo. Por otro lado, de la recriminación, me hace sentir como que yo he perdido una oportunidad. Pero, ¿debo sentirme culpable porque esto haya terminado así? ¿He actuado mal? ¿Por qué se siente dolida y me recrimina como si debiera algo, cuando ella no ha puesto nunca la iniciativa ni la reciprocidad necesarias?
Strummer
A continuación, el audio respondiendo a esta consulta y comentando los temas más importantes que se pueden extraer de ella.
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Esto es todo por hoy.
Nos vemos cada martes y viernes a las 7 de la mañana con un nuevo episodio de PsicoAmor.
¡Hasta la próxima!
Silvia Barquero dice
Hola
Tuve una primera cita el lunes después de unos días chateando con un chico. A mi no acabó de convencerme, hay diferencia de edad, él es mayor, y el martes y miércoles casi no le he respondido.
Después de escuchar el episodio de hoy me he dado cuenta de que estaba siendo una TDH y le he escrito para explicarme y despedirme. En otros momentos hubiera seguido contestando por cortesía, pero es verdad que hacemos daño innecesario.
Gracias, por no ayudarme a no convertirme en una TDH total.
Silvia Barquero dice
Quería decir «gracias por ayudarme»😅
Silvia Llop dice
Qué alegría me da eso, de verdad. Eres una pedazo de reina por haber hecho este antighosting, en lugar de darle largas y terminar haciéndole un desgasting. Un besazo!
Patricia D. dice
Qué bien que lo hayas visto, porque cuando te lo hacen es muy desagradable.
Lo que le pasó a este chico me ha pasado a mí en más ocasiones de las que me gustaría. Me ha encantado la conclusión y el análisis y sobre todo lo de no sentir culpa cuando nos quieren hacer sentir mal sin motivo, o estar aguantando medias tintas y falta de interés. Este episodio ha sido genial.
Leonor dice
Conozco algunas chicas que salen con los hombres solo porque no tienen nada que hacer en aquell momento y les da igual que quiere el chico o con que motivo les invita a salir/quedar….. creo que aquella chica en alguna ocasión también se aprovechó de Strummen.
Luz dice
Muchas gracias por dejarnos tu mensaje Strummer, siento que esta chica te haya tratado así. Es verdad que a veces nos puede más la cobardía o el bienquedismo que ser sinceros con la otra persona. Yo ahora mismo, acabo de mandarle un mensaje a un chico que llevaba mareando un montón de tiempo, pobre, y me sentía fatal, porque es una muy buena persona, y no se lo merece, pero el ego a veces nos impide ser sinceros y terminamos haciendo daño por egoistas. He sido una Tonta del Higo todo el rato. Muchas gracias por abrirme los ojos. Un besito