Hola Silvia, lo primero felicitarte por tu contenido. Me ha cambiado la percepción sobre las relaciones.
Vengo de una historia de malas decisiones en el amor, donde me he alimentado de migas prácticamente durante toda mi vida. Conatos de relaciones que no se extendían más de los dos meses y una de año y medio, bastante infeliz, en la que me quedé porque me hizo caso y era bueno, pero no era ni la sombra de mí misma en ningún sentido.
He estado intentando e intentando. Un par de narcisistas que me maltrataron psicológicamente, pero que me han enseñado mucho. Y últimamente he cambiado el perfil, y aparecieron un par de chicos: uno recién salido de una relación con cuernos (me dijo que no podía meterse conmigo porque no estaba curado) y otro que no sentía la chispa (quien también me fue honesto).
Pues bien, hace menos de un mes, apareció el hombre que cumple con todo lo que espero. Bajé el listón intelectual (prejuicio, porque es más listo y avispado que el hambre, pero como no estudió, yo ya no lo veía como candidato…) y me ha sorprendido gratamente. Todo fluía, atención, cariño, comunicación, hormonas, seguridad… Pero hay un par de cosas que me tienen insegura. Él se queja de que no ha tenido suerte con el tipo de mujeres que ha encontrado, que siempre se fija en raras (algo que en nuestra ciudad predomina, vivo en el extranjero) y como que le muestran una cara al tiempo que no es la del principio. Con una de ellas estuvo hasta seis meses para darse cuenta.
Él me dice que cuando aparecí yo, ya había tirado la toalla. Que se rendía y se había acostumbrado a su vida tranquila y calmada de soltero con mascota. Llegué yo y le di la vuelta a su mundo, pero aún le daba miedo cuando se quedaba a solas y se ponía a pensarlo… pero que al verme se le pasaba y se sentía la persona más feliz del mundo.
Pues yo le busco pegas. Después de una semana de convivencia en una nube, este fin de semana le entendí mal una cosa y ya empecé a adelantarme al futuro pensando que mi vida con él me aburriría, que no hace más que estar en casa (en invierno en una ciudad oscurísima y fría en plena pandemia trabajando físicamente más de 40 horas a la semana y madrugones de muerte). Pues me obsesioné con ello y le empecé a poner pruebas para cerciorarme de que “no era para mí”. Me desnudé delante de él para provocarle y ponerle sexual, no hizo nada y ¡claro!, otro motivo para dejarle. Es verdad que él es menos sexual que yo, pero yo le presiono… No tengo empatía al yo estar más ociosa y descansada. Lo hablamos, pero yo ya me quedé intranquila y al día siguiente él ya no estaba normal.
Siento que la he cagado y ya no voy a poder arreglarlo. Que por ello ya no es tan fluído y no va a querer quedarse conmigo… Después de reflexionarlo, me he dado cuenta de que el problema han sido mis demandas excesivas y mi falta de empatía y asertividad. Él me lo ha dado todo hasta el día siguiente de mi salida de tono. No tiene nada que no sea bueno y me sorprenda para bien.
Pues bien, mi duda es ¿cómo puedo arreglarlo?, ¿es posible recuperar la seguridad?, ¿si me descarta por esto, es un tonto del higo de aupa? Para mí, un desencuentro de estos significa que me va abandonar… Y con él, no la quiero cagar porque es lo mejor que he conocido nunca, pero nunca nadie puede cubrir mis exigencias.
Mil gracias y espero tu ayuda como agua en mayo. Besetes.
Zaci
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¡Hasta la próxima!
Mir dice
Hola!
Me ha parecido súper interesante este capítulo. Me hace pensar en lo diferentes que somos las personas ¿quizá por nuestras experiencias diferentes?
A diferencia de Zaci, pienso que un desencuentro es una oportunidad para estrechar una relación. Es la oportunidad para hablar un tema con profundidad y mostrarnos tal y como somos. Y hacer ese ejercicio de aceptar a la otra persona y reafirmar la unión.
Claro, que no siempre acaba bien 👍, ni hay que buscar premeditadamente esos desencuentros.
Creo que una relación debe nutrirse de buenos momentos compartidos, no de discusiones, aunque éstas sean civilizadas.
El otro tema que me ha gustado escuchar, Silvia, es el de no esperar que la pareja llene nuestros vacíos.
En mi relación la cantidad de tiempo libre que tenemos está muy descompensada, y tus reflexiones me ayudan.
Muchas gracias, sigo escuchándote 😍