¡Hola Silvia! Te escribo porque hace 7 meses, la persona con quien estaba, me dejó.
Hemos estado juntos algo más de dos años y medio. Desde el primer momento me incluyó en su vida, amigos y familia, tanto que al principio me daba un poco de vértigo. Muy tolerante, generoso, una persona muy razonable.
Hubo algunos momentos en los que planteamos determinadas diferencias, que considero que, para cuando planteó el final de la relación, ya estaban más que superadas hacía tiempo. Nos apoyábamos mutuamente y, aún no viviendo juntos, pasábamos días en casa de uno u otro y teníamos una rutina genial.
Hace dos Eneros y después de volver de viaje de Navidad, estaba enfadado por algo que le señalé: en vacaciones, bebía y comía sin freno, especialmente en los últimos tiempos. Después de pasar unos días con su familia, me pidió disculpas y me dijo que entendía que se lo había dicho porque me preocupaba su salud. A pesar de todo, estábamos entendiendo que era el final de la relación. Cuando acabaron esas vacaciones y regresamos a casa, quiso hablar conmigo, ya que no quería terminar. No obstante, me dijo algo que me sorprendió: lo que le ocurría es que él “no se esperaba tener una relación estable, como en la que estaba”.
Novata en esto de las banderas, hablamos y dejamos claro que tanto él como yo, podíamos tener nuestro tiempo para hacer cosas por separado, que no necesitábamos hacer todo juntos…(de hecho, había sido así mayormente hasta ese momento). Y la relación continuó e iba bien. Incluso en el mes de junio de ese año, él me mandaba mensajes diciendo “te quiero”, esas dos palabras que tanto le costó decir casi todo el primer año. Yo me frenaba también en decirlas, ya que pienso que inconscientemente creía que al decirlas lo asustaría.
Así que llega el mes de agosto del año pasado y, tras el confinamiento, se puede salir y viajar de nuevo. Una aventura en coche que hizo que aún me enamorase más de él. Hubo un par de tensiones que, de nuevo, tenían que ver con su manera de beber en determinadas situaciones.
En septiembre, volvimos a casa y los primeros días, muy bien: teatro, mensajes, tiempo en casa juntos… En la segunda semana de septiembre, nos vimos poco por un curso que yo tenía que hacer después del trabajo y al que él me animó a hacer. Intenté quedar con él, comer juntos esos días, pero sólo lo conseguí al final de la semana. Esa noche lo noté muy raro. Me decía que era cansancio, y no quise atosigarlo, pero no dormí bien y al día siguiente en el trabajo, presentía que algo iba a suceder. Cuando nos vimos, me anunció llorando como nunca, que no podía seguir, que hacía tiempo que no se sentía bien.
Resumiendo: no se veía en una relación. Yo lo quería mucho y no podía verlo así. Veía que realmente estaba mal, así que le dije que de acuerdo. Claro, luego me tocó pasarlo mal a mí.
En estos últimos 7 meses, hemos tenido contacto por diferentes motivos (prácticos y de enfermedad). Mi duelo se rompía cada mes. Finalmente, en febrero me hizo ghosting. Tras un mensaje mío en el que le explicaba por qué no podía verlo (ya que era su deseo): necesitaba algo de espacio, pero no descartaba que nos volviésemos a ver cuando estuviese mejor. Nunca me contestó.
Este último acontecimiento ya no me duele, pero tengo algo metido en la cabeza: como yo considero (y él también me lo ha admitido) que nuestra relación fue muy importante y siempre tuvimos buena relación porque los baches que superamos fueron pequeños y ya los habíamos dejado atrás, él siempre ha mencionado querer mantenerse en contacto conmigo, como amiga.
Por un lado, esto todavía me cuesta planteármelo (hace dos meses del último contacto y el ghosting después de una relación tan buena, no me sentó muy bien…). Pero por otro, me siento mal si no lo conservo como amigo. Esto se ha convertido en una obsesión para mí y como en el objetivo final de esta relación, en la que tan mal lo he pasado en los últimos meses, echándolo de menos a él y a nuestra relación.
Ahora mismo, no quiero contacto con él, pero: ¿cómo puedo terminar de superar todo esto? ¿Cómo me quito esa obsesión de la cabeza de querer ser amiga suya? Si al final pierdo el contacto total con él, ¿cómo lo gestiono, sin tener sentimiento de culpabilidad?
¿Se ha de tolerar el hábito abusivo de alcohol de tu pareja cuando se da solo en vacaciones o días especiales, salidas de fiesta? (Se podía dar una vez al mes y estar bebiendo durante todo el día o bien solo parte de él, pero siempre sin poner freno. Al ser “una vez al mes”, no sé si la intolerante he sido yo, aunque tengo que decir que este comportamiento me molestaba bastante, ya que sentía que a él no le importaba cómo podía estar yo en esos momentos y a mí me costaba “tirar” de una persona que estaba tan borracha.
Leer y escuchar tus consejos me ha ayudado a entender muchas cosas y también a ver que en la relación había una gran bandera roja (la de enero), que tenía que haber afrontado.
Perdona la biblia que te acabo de mandar, pero creo que tenía que contarte toda la historia para plantearte las dudas/preguntas que tengo.
Mil gracias.
Mararía
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Mararía dice
Hola Silvia! Gracias por tu respuesta. La verdad que ya ha pasado un tiempo y estoy bastante mejor. Efectivamente, el contacto cero y ver las cosas desde la distancia me han ayudado a estar más tranquila y el tema de ser amigos ya no me obsesiona: si tiene que ser, será y si no, fue una experiencia bonita en parte, y a vivir, que no estamos para pararnos y se nos escape el tiempo de las manos.. Sin ninguna duda, he aprendido mucho de todo esto..Un abrazo!
Walda Lira de León dice
Puedo comentar desde mi experiencia, al dejar la relación con mi ex , ya que terminamos en buenos términos , pensaba que podíamos seguir en contacto como ” amigos” sin embargo hubo un momento en que me sentí súper agobiada porque solamente me escribía para contarme problemas de hijos de trabajo y así.. por lo cual tuve que decirle que necesitaba poner distancia y dejar de escribirnos, me ha ayudado a ir soltando , el contacto cero. Creo que de seguir en esa dinámica seguía sintiendo que quizás algo podía cambiar y definitivamente nada va a cambiar .
Eva dice
A mi me pasaba lo del alcohol,y ahora que lo hemos dejado,no sé como aguanté tanto ,tambien mi padre era alcoholico,pero igualmente su actitud cuando bebia no me gustaba nada e iva a peor cada vez