Muy buenas, allá voy con mi tema, no sin antes felicitarte por acompañarme en mi proceso con tu trabajo a través de tu libro, tus redes sociales y tu web.
Bien, tras 4 meses de reclusión pasando luto por mi anterior relación de 1 año, cuando me siento ya con ganas de volver a salir al mundo y decidida a apuntarme a alguna actividad nueva para ampliar mi círculo y distraerme, me dirijo a un local de mi ciudad a interesarme por una actividad que me atraía y sorpresa la mía, cuando sale el coordinador a darme información. ¡ZAS! ¡FLECHAZO MUTUO! ¡EL HOMBRE DE MI VIDA, DIOS MÍO!
Total, que empiezo a ir a las clases, encantada con el ambiente que se respiraba allí y motivadísima por aprender y por lo que me gustaba el profesor, claro. A las 2 semanas, surge la idea de irnos a comer. Todo perfecto, pero algo me decía que a pesar de que yo notaba que él estaba coladito por mí, había algo ahí que me daba en la nariz. Total, que abiertamente y de forma natural mientras conversábamos durante la comida, le pregunto si tiene pareja, a lo que me responde que ESTABA EN UN MOMENTO DIFÍCIL. Y le digo: “bueno ¿y qué haces aquí comiendo conmigo?” Y me dijo que SENTÍA QUE DEBÍA IR A ESA COMIDA CONMIGO PORQUE INTUÍA QUE IBA A SER ALGO BUENO Y EL CUERPO SE LO PEDÍA ASÍ.
De aquella comida salió un conocimiento profundo de ambos. Hablamos de todo y hubo un abrazo eterno con un intercambio de energía a lo bestia. Nos quedamos enganchadísimos ambos.
Yo continué yendo a las clases. Nos seguíamos mirando. Ahí había una tensión sexual y una admiración mútua brutal y bueno, tras empezar a wasapear a diario, al mes acabamos acostándonos y lanzando castillos al aire.
Yo, que sabía que éramos tres, entré a este juego porque él me dijo que su pareja estaba rota no, rotísima, que no quedaban ni las cenizas, que por cierto nunca hubo una vida sexual activa, ni cariñosa entre ellos. Más bien eran dos personas frías e independientes dedicadas en cuerpo y alma a sus respectivos trabajos, y que se veían básicamente por la noche y ni siquiera dormían juntos. Reconoció que podía sonar raro desde fuera, pero que era la verdad, que los dos se habían beneficiado de esa relación de TÚ A BOSTON Y YO A CALIFORNIA para conseguir sus objetivos profesionales y que sabía que más pronto que tarde, eso se iba a acabar. Me dijo que era la primera vez que sentía que quería estar con una mujer el resto de su vida y hacer vida de pareja real, apartar su exigencia profesional para disfrutar en pareja de lo que hasta ahora nunca había podido tener, ni sentir, y yo lo creí porque sentía que era verdad. Él se deshacía conmigo y me miraba con admiración y proyectaba un futuro juntos.
Yo, que sabía que era la amante, en ningún momento me sentí como tal, porque toda su atención, cada minuto del día era para mí, incluso modificaba planes laborales y familiares para estar conmigo. No sentía que yo tuviese que adaptarme a él, porque como su relación era tan NULA, tenía libertad para estar fuera de casa y además su trabajo era una coartada perfecta para vernos incluso los fines de semana, ya que él daba seminarios y clases particulares también.
Vivimos este inicio de relación, un par de meses intensamente. Pero resulta que al mes y medio de conocernos, les aprueban a él y a su pareja la compra de una casa que tenían en stand by por temas ajenos de permisos y licencias… y me dice que QUIERE DEJAR A SU PAREJA, QUE LO TIENE CLARÍSIMO, QUE SOY LA MUJER DE SU VIDA, PERO QUE NECESITA MUDARSE A LA CASA NUEVA CON ELLA PARA NO SENTIR QUE LA DEJA TIRADA CON ESE PROYECTO QUE TENÍAN ANTERIORMENTE, Y UNA VEZ EN LA CASA NUEVA, ÉL YA PODRÁ IRSE EN PAZ DEJÁNDOLA ALLÍ DONDE ELLA PUEDA ECHAR RAÍCES (puntualizar que la casa la compra ella a su nombre porque no tienen en común ni un euro y el piso donde viven actualmente es de él).
Total, que yo me quedo a cuadros con el asunto de que tiene que mudarse para sentirse menos culpable, y una vez allí, poder marcharse él en paz. Le digo que no lo comprendo, ni lo comparto, porque si la decisión de dejarla está tomada, no veo necesidad de alargar más el asunto y de mudarse para después marcharse, pero decido respetar su forma de hacer las cosas para que él no sienta presión y pueda quedarse tranquilo para poder cerrar esa etapa a su manera y empezar otra juntos de manera limpia, que es lo que él me pide.
Bien, a partir de ahí yo no sacaba mucho el tema porque él se sentía incómodo. Seguíamos viéndonos y haciendo vida de pareja en cuanto a sustento emocional y entre nosotros la cosa fluía a mares, pero claro, yo quería saber cuándo iba a llegar el momento de la mudanza. Ya llevábamos 4 meses con esta doble vida y yo cada vez me iba cansando más de que solo me dijera que CONFIARA EN ÉL, QUE LE DIERA TIEMPO, QUE NECESITABA HACER LAS COSAS ASÍ PARA NO SENTIRSE MAL. Pero la fecha no llegaba. Llegó a decirme que le diera hasta Navidades (estábamos en el mes de agosto), pero me negué, entonces él me dijo, bueno un poco más de tiempo, la cosa está ya ahí inminente, un poco de paciencia y podremos estar juntos como nos merecemos.
A todo esto, él comenzó a ir a terapias alternativas para poder soltar a su pareja, porque a pesar de que no sentía amor por ella, ni había una relación que se sustentase de forma sólida, no podía dejarla porque le iba a hacer sufrir y sentía que ella iba a caer (a todo esto tenemos los tres los 40 tacos cumplidos).
Cansada de la situación, habiendo pasado 4 meses y medio, y a pesar de que él me repetía diariamente y me demostraba que ERA LA MUJER DE SU VIDA Y QUE EL OBJETIVO DE TODO ESTO ERA PODER ESTAR JUNTOS Y EMPEZAR UNA NUEVA ETAPA LIBRE DE CARGAS EMOCIONALES, yo me planté y le dije que ya no pasaba más por el aro, porque me pedía tiempo pero no me especificaba cuánto, me decía que tenía claro que quería dejar a su pareja pero luego había algo ahí que le impedía soltarla, y que había normalizado llevar esa doble vida y eso a mí no me gustaba, pero él insistió en que ME ESTABA EQUIVOCANDO, QUE FALTABA POCO, QUE ME AMABA Y QUE SOLO TENÍA QUE ESPERARLE UN POCO MÁS.
Yo le dije que si le daba cosa dejar a su pareja (por cierto ni estaban casados, ni hijos, ni nada en común) que se quedara con ella en su nueva casa y me dejara en paz, y que me comunicase lo que decidiera para bien o para mal, pero que yo ya me retiraba (claro, esperaba una respuesta por su parte o un arrebato de no te vayas, muevo ficha ya).
Total, esto fue una conversación acalorada por teléfono, más por mi parte que por la suya, porque yo lógicamente reventé, y él no se lo esperaba.
Esto fue hace justo un mes, y parece que se lo haya tragado la tierra. Solo a las 2 semanas de esto, puso un estado de WhatsApp diciendo que VALIENTE ES QUIEN TIENE EL VALOR DE MIRARSE A SÍ MISMO, SANAR SUS HERIDAS EMOCIONALES Y NO ARRASTRAR A LOS DEMÁS A SUS TORMENTAS. Y nunca más se supo.
Tengo que añadir que es cierto que él tenía cosas por sanar a nivel interno por una situación traumática familiar (nada raro, pero sí traumático, sólo prefiero no comentarlo por respeto a él) que le afectaba en sus relaciones de pareja, según me decía él, y además iba a terapia. Incluso llegó a pedirme que lo acompañara en alguna ocasión. Esto a mí no me molestaba, puesto que yo también he ido a terapia otras veces en mi vida por temas personales y lo veo como algo normal, que nos puede suceder a todos en momentos puntuales de nuestras vidas y para eso estáis los psicólogos.
Bueno, esta ha sido mi historia. Ha pasado un mes, no sé nada de él.
Yo sigo queriéndolo a raudales porque tengo que decirte que la conexión entre nosotros es de otro mundo e intuyo que él sigue por mí, aunque no haya movido ficha.
Mi mente baraja dos opciones, Silvia:
La primera, que él sea un jugador nivel liga profesional y se haya acostumbrado a tener a su pareja segura en la pecera, que ni le da, ni le pide pero ahí la tiene, y a dar rienda suelta a sus emociones cuando se le cruce alguien por el camino como yo, y que no sea la primera vez por supuesto que haga esto, o incluso, que lo haga habitualmente…
Y la segunda, que realmente le haya quedado grande esta situación porque aparecí de imprevisto en su vida, y por sus patrones mentales o familiares se vea un mundo cortar su relación y más con el tema de la casa por medio y dar el paso a una nueva vida conmigo sin mirar atrás.
Yo sinceramente no puedo creer la primera, no me considero boba ni nada por el estilo, pero no he “intuido ” en él esa maldad. Creo más bien en la segunda, aunque me cuesta aceptar que una CASA sea el motivo que me separa de él. Pero siento que si estando yo presente no se atrevió a dar el paso, ahora que ya no estoy, mucho menos va a venir a buscarme. Algo tengo claro y es que primero ha de producirse la dichosa mudanza, porque eso sí lo tenía claro él.
Así que aquí estoy “a la espera”, sin ningún tipo de contacto, sin saber si ya se habrá mudado o no, sin saber si estará por mí, pensando en venir a buscarme algún día o no y sufriendo con todo esto.
Intento hacer mi vida, pero cuesta, está en mi pensamiento minuto sí minuto también. Yo soy una mujer Alfa, con las cosas bastante claras en mi vida, con éxito profesional, he tenido muchas relaciones, incluso me casé y me separé, vamos que ya estoy corrida como se dice, pero este hombre, me ha llegado a las entrañas como ninguno y sinceramente, creo que yo a él también.
En este punto estoy y no sé qué hacer, sin saber si llamarle, ya que fui yo la que se retiró. En el fondo quiero creer que cuando solucione su tema vendrá a por mí y ahí estoy, dando espacio y anclada en ese hilito de esperanza, aunque intento seguir mi vida con normalidad.
Gracias Silvia, y perdona la extensión de mi historia.
Anni
A continuación, el audio respondiendo a esta consulta y comentando los temas más importantes que se pueden extraer de ella.
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Nos vemos cada martes y viernes a las 7 de la mañana con un nuevo episodio de PsicoAmor.
¡Hasta la próxima!
Andrea dice
Silvia eres lo más. Yo como externa viendo esto te diría que te has librado de estar en un bucle de incertidumbre extrema y muy tóxico. Sal de ahí y enfócate en quien este para ti al 100% sin historias. Mucho ánimo!
Tirya dice
¡Mucho ánimo, Anni! Sí ya has dado el paso de soltarlo mentalmente, ole tú. Y si aún estás en proceso, date cuenta de que te mereces a alguien para quien seas el primer plato, el segundo, y el postre; no de amante. Un abrazo
Su dice
Ya sé que cada historia es un mundo y no se puede opinar a la ligera ya que cada uno conoce la totalidad de los detalles, pero me atrevo a decir por mi experiencia personal, que cuando una persona duda, es un NO como una casa, sea por el motivo que sea.
Yo estuve durante cuatro años así y te puedo asegurar que al final de la historia ya no sabía lo que era verdad de lo que no. Llegas a desconfiar hasta de ti misma, por eso te digo, que si no da señales de vida, eso ya es una respuesta a todas tus dudas..
Yo daría hasta las gracias de que no apareciese. En mi caso, lo peor de todo, es que iba y venía constantemente y cuando menos lo esperaba, y así cuatro años seguidos hasta que dije SE ACABÓ, yo no soy feliz contigo.
Busca ayuda para poder mejorar tu autoestima y confía en que la vida te traerá algo bueno; esa opción, por mucha conexión que hubiese entre los dos, era engañosa.
Un abrazo
Olga Arroyo Pons dice
Cómo es posible que mi no-relación de 3 años con un hombre casado sea tan similar? Cómo puede ser que este tipo de hombres suelan utilizar las mismas frases, explicaciones y justificaciones?
Me sorprendre estar escuchando y estar escuchando MI MISMA HISTORIA!
Almudena Pérez Lucena dice
Ufff opino igual que Olga, es increíble escuchar una historia y que pienses que parece la tuya, mismas excusas, misma situaciones … Y por supuesto creerte que tú vas a ser la excepción.
Llevo casi 2 años en una situación así y ya no puedo más, la teoría la tengo muy clara pero la práctica no soy capaz. Antes él me buscaba y yo le creía todo, ahora ya ni eso…lo dejo pasa una semana y yo solita vuelvo sin que nadie me llame.
Quiero tener fuerza y que esto se termine de una vez
Laura Nogueras Alquezar dice
Mucho ánimo para salir de ahí en cuanto antes. Tú no te meteces esa situación.
A. dice
Yo he estado en una situación muy similar pero en el lado de la novia engañada.
Se que él le decía cosas similares a la otra, y es verdad que teníamos una pedazo de crisis en la pareja y que no estábamos bien, pero la relación no estaba en absoluto terminada.
En mi caso cortó con ella y nosotros seguimos juntos casi tres años más. Ahora finalmente nos hemos separado hace un par de meses. Obviamente aquella infidelidad mermo la relación y mi modo de verlo a él. Pero no ha sido la razón principal de la ruptura. Más bien lo han sido otras cosas que arrastrábamos y que ya estaban presentes en aquella crisis cuando sucedió la infidelidad, pero al margen de ella.
Oyendo esta historia y habiendo vivido la mía, pienso que hay que creer lo que una persona hace y no lo que dice. Nadie continúa con su pareja si la historia está “totalmente acabada”. Cuando descubrí el pastel (le pillé mensajes, un clásico) a mi también me decía que yo era la mujer de su vida y que estaba con ella buscando un consuelo que en realidad querría encontrar en mi, que quería que fuera yo.
En fin…