“Me parece muy injusto… Creo que no le he hecho nada malo para que me trate así“.
Eso me contaba Claudia, frustrada, triste, desanimada.
Ella tiene un novio (o ex novio) que la deja semana sí, semana también. Pero es que lo quiere tanto… Cada vez que él la busca, ella está ahí porque cree que esa vez será la definitiva, que podrán estar bien como al principio de la relación.
No es que él sea una mala persona, es que tiene un trabajo nuevo que odia y está en un momento de indecisión constante. O esa es la interpretación de Claudia de la situación.
En realidad, el orden de los factores no altera el producto y el producto es una porquería que apesta a quilómetros.
Si te estás sintiendo como Claudia y tienes a alguien en tu vida a quien quieres con locura, pero esa persona no te lo está demostrando y te pone constantemente en una situación de desesperación, sigue leyendo porque ahora te voy a responder a la pregunta del millón.
Aviso importante: este artículo puede herir tu sensibilidad, pero también puede cambiarte la vida.
¿Por qué me trata mal?
1. Porque TÚ le dejas
La primera vez que te hizo algo que a ti no te pareció demasiado correcto o agradable, te molestaste mucho y él te pidió mil perdones.
La segunda vez aún te pilló por sorpresa y le montaste una buena. Esta vez te vino con un ramito de flores o te dio veinte minutos de su atención, sin móvil ni nada, y tú le perdonaste la faltada. Y puede que le añadiera al pastel un par de promesas que los dos sabíais que no iba a cumplir. Tú te lo comiste con gusto. “Mira qué bien que se ha dado cuenta de sus errores.” “Esto seguro que nos hace más fuertes“.
A la tercera ya dejaste de darle tanta importancia y trataste de justificarlo en tu mente: es que él es así de impulsivo, es que está agobiado con el trabajo, es que su equipo de fútbol acaba de perder en la tanda de penaltis…
¡A la que le acaban de colar un penalti es a ti!
Ahora ya se ha establecido que la situación es “normal” y que, aunque te moleste mucho, llores o te enfades, se lo vas a dejar pasar porque le quieres demasiado como para tener que replantearte la relación.
Aunque te falte al respeto.
Aunque te haga sufrir.
Aunque te haga la persona más infeliz del mundo.
Tu vas a estar ahí.
Chica, hazte mirar esas tragaderas porque te entra hasta un hipopótamo. (Y te lo digo con todo el cariño del mundo).
A eso en psicología se le llama condicionamiento clásico. Lo inventó un señor muy ocurrente que se llamaba Pavlov y lo hizo con un perro y una campanita. Por si no te sabes como fue la historia, te la cuento.
Pavlov era un psicólogo ruso que tenía un perro. El perrete iba hambriento por la vida, así que cuando su amo le iba a dar comida, él salivaba. Pavlov tuvo una idea loca: quería ver si podría hacerle salivar sin necesidad de ponerle la comida. Al animal no sé si le hizo mucha gracia su ocurrencia, pero la psicología moderna aún la aplaude.
¿Cómo lo hizo? Pues cada vez que le iba a dar comida al perro, hacía sonar una campanita. Después de hacerlo unas cuantas veces, ya no hizo falta ni que le trajera la comida, que el perro salivaba solamente de escuchar la campanita. Y así descubrió Pavlov que puedes asociar un estímulo a una respuesta determinada.
¿Has sentido alguna vez que te tocan la campana y tú respondes?
¿Cuál es tu campana? ¿Que te diga “te quiero”? ¿Que te diga “te necesito?” ¿Que te diga que nunca más volverá a ocurrir? ¿O que te diga “mi amor, aunque vaya con otras, tú eres la única para mí”?
Te voy a recordar algo importante: ERES UNA PERSONA MARAVILLOSA y no tienes que tragarte nada que no te guste.
Ya sé que poner límites da miedo porque corres el riesgo de que la otra persona no quiera aceptarlos y se vaya, pero la alternativa es estar en una relación en la que te sientes pisoteada, herida y poco respetada. Y eso no es vida.
La vida está para disfrutarla, para querer y que nos quieran mucho, para sentir que tenemos a alguien al lado que nos adora y nos trata como merecemos. Puedes conseguirlo, lo tengo muy claro. Si tú no lo piensas, el siguiente punto te va a interesar.
Recordemos la pregunta: “¿por qué me trata mal?”
2. Porque TÚ te tratas mal
Piensa un momento en esto: ¿te estás tratando de la forma que te gustaría que te trataran?
Puede que dejes de comer o comas demasiado, que te hartes a alcohol para olvidar tus penas o que salgas de casa totalmente desaliñada. Eso es maltratar a tu cuerpo.
También puede ser que pienses que eres el último mono, que no mereces que te quieran, que no eres una buena persona, que lo haces todo mal o que tus inseguridades te pueden. Eso es maltratar a tu mente.
Y si dejas que alguien te haga pasar por momentos de desesperación, tristeza y desánimo, que juegue con tus emociones y haga lo que quiera con ellas… Eso es maltratar a tu alma.
No puedes pretender que los demás te traten bien cuando tú te estás tratando como si fueras una mierda.
Si te estás dando cuenta que no te tratas del modo en que deberías, hazte un favor y empieza a cambiarlo.
El primer paso es el de cuidar más tu cuerpo. Cuida lo que comes, haz un poco de ejercicio, arréglate cuando salgas a la calle. Eso hará que empieces a sentirte mejor.
Luego tienes que pasar al cuidado de tu mente y reconstruir tu autoestima. Una vez lo hayas logrado, tu alma se sabrá cuidar sola.
Tú vales mucho y no puedes ser la última en enterarte.
¿Te lo repito? ¡Tú vales mucho!
Si quieres trabajar tu autoestima, puedes apuntarte a este curso que te ayudará a reconectar contigo y a recuperar esa autoestima que tan importante es para que puedas funcionar y sentirte a gusto contigo misma y con tu vida.
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Un abrazo,
Silvia
Carmen dice
Hola, muchas gracias por tu artículo y me parecen fabulosos, creo que todas las mujeres y también hombres hemos,pasado por esta situación, nos decimos mentiras a nosotros mismo para jsutificar el miedo que nos da soltar lo que creemos que debe ser para nosotros, desde mi experiencia mi última relación me enseñó mucho y me di cuenta que iva a entrar en lo mismo , así que cuando tome la desiciion de darme mi lugar, no fue fácil pero lo hice y me sentí feliz y que fue lo que hice buscar ayuda profesional, ahora en estos momentos no tengo pareja y quiero fortalecer este camino quiero construir una relación basado la plena consciencia que primero soy yo como,ser integral, así que tu página me ha gustado mucho.
Silvia Llop dice
Hola Carmen, mil gracias por tu comentario y por compartir. Lo más importante es justo lo que has dicho, aprender de nuestras relaciones y de todo lo que nos ocurre en la vida. Esa es la forma de seguir avanzando y de encontrar nuestro camino. Un beso!
isabel dice
Es muy interesante. Si todo lo que contiene el artículo se pudiera llevar a cabo, probablemente habría menos violencia de género, porque uno de los problemas de esta “lacra” es que la mayoría de las personas que la sufren no tienen casi o ninguna autoestima, de ahí que en muchas ocasiones no se atrevan a separarse. Y esto conlleva a todo lo que estamos viendo a diario en t.v. ,radio etc, con la cantidad de personas asesinadas por sus parejas.
Silvia Llop dice
Estoy totalmente de acuerdo contigo, Isabel. La autoestima es realmente la piedra angular de nuestra salud mental y emocional y cuando está tocada, todo se tambalea.
Rebeca dice
Auch. Muchas gracias por leerme y contestarme. Comenzare a cabiar y a soltar, aunque me duela. Ya no quiero estar en esta situación
Núria dice
Hola Silvia, muchas gracias por tu artículo y tus escritos, son muy fáciles de leer y muy prácticos.
Estoy pasando por un momento muy complicado en mi relación de pareja y he decidido pedir ayuda a un profesional. Espero que pueda ayudarme porque actualmente estoy bastante desesperada y me cuesta mucho tener pensamientos positivos.
Por cierto, tienes algún artículo que hable de los celos?.
Un abrazo
Silvia Llop dice
Hola Núria, muchas gracias por tus palabras. Seguro que te va a venir bien hablar con un profesional y poder así ver las cosas de un modo diferente. No tengo aún ningún artículo de celos, pero si te apetece, puedes exponerme tu situación y hacerme una pregunta concreta para que la conteste en un artículo a través de este enlace. Un abrazo!