
“Quiero volver a sentir”.
“Conozco a mucha gente, pero no me gusta nadie”.
“Aún siento dolor por alguien con quien ya no estoy”.
“Estoy con alguien, pero no siento estar 100% presente en la relación”.
“Si vuelvo a tener un desengaño, mi corazón no lo va a resistir”.
“Estoy harta de sufrir”.
¿Te sientes identificada con alguna de estas frases?
Si la respuesta es afirmativa, es posible que te hayan hecho daño en el pasado y tus mecanismos de defensa se hayan puesto en marcha, construyendo muros alrededor de tu corazón para que nadie pueda volver a romperlo.
El problema es que esos muros también están impidiendo que alguien penetre en ellos y te enamore.
¿Recuerdas ese sentimiento de tener mariposas en el estómago?
Seguro que alguna vez has sentido que se te va a salir el corazón del pecho cuando esa persona especial te mira o te toca. O que has saltado de alegría al ver que tu móvil se iluminaba y ponía su nombre.
También recuerdas el dolor que sentiste cuando alguien te dejó, cuando te engañó, cuando no te trató como te merecías.
Esos muros que has alzado tienen una razón de ser, pero te están impidiendo sentir, ser feliz.
Es por eso que debes destruirlos.
Pero primero, necesitas entender que cuando encuentras a la persona adecuada, no hace falta que construyas ningún muro. La persona adecuada te hará sentir bien.
Debes entender que si necesitas poner protecciones para evitar que te hagan daño, es que no estás con la persona adecuada.
Si te cuesta mucho sentir, es posible que tengas el corazón encerrado en lo alto de una torre, rodeada por soldados que velan por él día y noche.
Lo primero que debes hacer es despedir a esos soldados, abrir la puerta de la torre y rescatar a tu corazón. Vuélvelo a poner en tu pecho, que es donde debería estar.
Puedes realizar el ejercicio de visualizar tu corazón en la torre, o allí donde creas que está, y volver a meterlo en tu cuerpo. Una vez lo hayas hecho, debes aprender a protegerlo sin alzar ningún muro.
Para ello, necesitas ser tú el soldado y la reina de tu corazón. Te voy a enseñar cómo a través de varios ejemplos.
1. Imagina que alguien llama a la puerta del reino y te dice que quiere tomar tu castillo. ¿Qué harías? ¿Verdad que le soltarías un “no me interesa, gracias” y te darías la vuelta?
O lo que es lo mismo, conoces a un chico, os dais el número de teléfono y te escribe: “Hola guapa, ¿quieres venir esta noche a mi casa a ver una peli?”. Ya sé que estaba muy bueno, era inteligente, divertido y sentiste una gran química, pero si quieres una relación, poco vas a sacar de alguien que te entra así. Le contestas con un cordial “no, gracias” y te ahorras la invasión.
2. Una vez te has librado del listillo de antes, ves otra persona a la puerta de tu castillo. ¡Oh sorpresa, es un caballero! Te pide entrar porque está cansado de la larga travesía y solamente quiere comer y descansar un poco. Te das cuenta que no viene solo. Detrás lleva a todo un ejército con cara de pocos amigos. Le dices que se vaya al reino de al lado y adiós muy buenas.
Esta situación en la vida real viene a ser el tío que parece majete, pero ya de primeras te viene contándote lo mala que fue su última ruptura y que ahora no quiere una relación, pero vamos, le gustas y encantado de encontrar cobijo en tus piernas durante las frías noches de invierno. Ya sabes lo que tienes que hacer.
3. Atrás quedó el caballero sin casa. Ahora se te acerca uno nuevo. Este viene solo y dice que te trae un regalo. Es muy grande y está envuelto. Quiere entrar y ya lo abrirás dentro, dice, que es tarde y hace frío. Pero tú, que eres muy inteligente, miras por un resquicio y descubres que es todo un caballo de Troya. Hay soldados con armas ahí metidos cual anchoas. “Muy amable pero no, gracias”. Le cierras la puerta en toda la cara y vuelves a tu castillo.
Este Don Juan equivale al que te camela con palabras bonitas, te promete la luna y luego, cuando te tiene, te trata como si fueras desechable, te escribe una vez a la semana y queda una vez al mes. A este no lo vas a echar cuando llegue, pero en lugar de dejarle pasar de buenas a primeras, vas a conocerle un poco mejor y eso hará que veas de qué pie calza más pronto que tarde.
Bromas aparte, te cuento todas estas metáforas para que veas que para proteger tu corazón, no necesitas alzar muros que nadie podrá trepar, si no que debes hacer guardia para que no entre nadie que no demuestre que lo merezca.
Solo se trata de que prestes atención a los esfuerzos que el chico en cuestión haga. Eso te ayudará a saber si tiene interés en ti o no.
Si te liberas de tanta protección, te darás cuenta que es mucho más fácil que vuelvas a sentir.
Evidentemente eso no quita que una vez tengas una relación con alguien que te trata bien, esta pueda terminar y eso te duela, pero forma parte de nuestras experiencias vitales y es inevitable. O te metes a monja de clausura o aceptas que es posible que pases por varias relaciones antes de encontrar a la persona con la que compartirás tu vida. Te aseguro que cuanto más te abras, más las vas a disfrutar.
Ahora cuéntame, ¿alguna vez has alzado muros para protegerte? Puedes compartir tus experiencias o dar tu opinión sobre el tema en la sección comentarios.
Un abrazo,
Silvia
Hola Silvia te felicito que buen artículo! cada uno que leo parece que tiene algo que ver conmigo! hablando en esa misma metáfora de la reina en su castillo, qué pasa cuando todos los caballeros que tocan esa puerta no son los adecuados o vienen con malas intenciones? Luego terminas despachándolos a todos, pasan los años y te das cuenta que ya no eres tan joven ni tan bella y ya no llegan tantos caballero como quisieras a tu puerta? Que debe hacer en ese caso la reina de ese corazón? Ella será la del problema o simplemente no ha tenido suerte con los caballeros que han tocado? Gracias
Hola Alexa, lo que tiene que hacer esa reina es una limpieza a fondo en el castillo, lo cual significa limpiar totalmente su corazón de todas las porquerías que han ido sucediendo en su vida. Una vez limpio, tiene que lanzarse a buscar un nuevo caballero, sabiendo que es tan joven y bella como siempre, porque lo que realmente le hará conectar con él es lo que lleva dentro, no lo que se ve desde fuera. Y por dentro sigue siendo tan joven y bella como siempre y, además, ahora, sin porquería, ni carga interior. Un abrazo!
Gracias amiga por tus buenos consejos!! Pero por donde comenzar con está limpieza?
Por perdonar a todas tus ex pareja y a los hombres que han pasado por tu vida y te han hecho daño y perdonarte también a ti misma por las decisiones tomadas que te hayan podido dañar.