Hola Silvia,
Quería compartir mi historia y mis dudas con el último tonto del higo con el que me he cruzado para ver si me puedes dar un poco de luz.
El pasado febrero, conocí a un chico polaco de 27 años (yo tengo 35) en un centro de retiros zen al que llevo años yendo. Como hubo feeling entre nosotros y los dos estábamos sin trabajo y con un cambio de vida por delante, decidimos ir juntos a un retiro de un mes de la misma escuela en Chequia y me ofreció estar con él en su casa antes y después del retiro.
Me enseñó sitios, comimos en muchos lugares muy chulos y a los dos días ya nos liamos. Para mí fue el mejor sexo que he tenido (mi lista no es muy grande, también lo he de decir). Y aunque al principio lo vi como una aventura porque había pasado poco tiempo, durante todo el mes que estuvimos juntos, también haciendo el retiro, me fuí haciendo fantasías dignas de película de Disney y me pillé de él.
Él me hacía todo el rato bromas sexuales, pero a la vez lo sentí pendiente de mi y me manifestó que teníamos que hablar después del retiro de si al final seríamos pareja o no. Yo tenía sentimientos encontrados, ya que por otro lado, a veces me hablaba muy mal cuando se estresaba, me hablaba mucho, aunque fuera de forma desenfadada, de otras chicas que encontraba atractivas y también de su ex, lo cual no me hacía sentir cómoda.
Cuando volvimos a su casa, me enseñó su Tinder y le dio “likes” a chicas. Me enfadé y me abrazó diciendo que no era nada, que ni les hablaba. Eso sin contar que miraba mucho a otras cuando salíamos esos días y me decía de broma que contara a cuantas chicas había mirado y se lo dijera después.
Me sentía confundida e insegura, pero su tono de broma me hacía dudar de si me lo debía tomar en serio.
Llegó el momento de la despedida. Me dijo que le gustaba mucho, pero que ahora ninguno nos podíamos mover de su país y que no nos conocíamos tanto en un mes y que siguiéramos en contacto y fuéramos viendo. En la despedida del aeropuerto, cuando volví a Barcelona, los dos íbamos medio llorando y dados de la mano. Me dijo que le llamara al llegar que todo lo que habíamos vivido era muy importante para él.
Cuando llegué a Barcelona, empezó a espaciar los mensajes, tuvimos videollamada porque quería entender qué pasaba y me decía que no creía en relaciones a distancia porque su ex lo dejó al irse a otro país y por eso no se permitía ser más espontáneo, que no nos conocíamos y que se sentía presionado si le pedía más comunicación, que no me podía hacer una declaración ahora, ni prometerme nada y no quería herirme, pero quería seguir en contacto. (Me enseñó que se había comprado dvds para aprender español).
Decidí seguir en contacto para ver qué ocurría, aunque me quedé triste con su respuesta. Contestaba solo una vez al dia y, cuando después de dos semanas, me propuso hacer una videollamada, me dejó el día entero sin confirmar para decirme que al final no podía y yo ya quise hacer un Mira Manolo y le dije que prefería dejarlo ahí, si él no sentía lo mismo que yo. Se enfadó mucho y de forma muy hiriente me dijo que no sentía nada romántico por mí y que se sentía presionado, que yo estoy desesperada y que en su casa ya habíamos quedado que era un aventura y se había terminado porque ahora cada uno está en su país con sus cosas. Le contesté un audio llorando y pidiéndole que no me escribiera más y que no sabía si podríamos ser amigos en el futuro porque estaba muy dolida con sus formas.
Llevo casi un mes de duelo y siento que necesito entender qué ha pasado exactamente aquí porque ha sido un cambio muy brusco, aunque también detecto que me comí banderas rojas y he de decir que es adicto al alcohol y drogas aunque lleve 3 años limpio y con terapia.
¿Podrías ayudarme a entenderlo? Siento que necesito comprender para poder pasar página.
Muchas gracias por todo tu trabajo, Silvia.
Un abrazo.
Marta
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Hola Silvia!
Soy Marta, la protagonista de este episodio y primero he de decir que me ha hecho mucha ilusión leer y escuchar mi caso después de un año de lo sucedido.
Por suerte no volví a tener contacto con él, y aunque lo pasé bastante mal logré superarlo y darme cuenta de que tuve una gran suerte de que no llegara a nada con él.
En verano me fui a Corea a hacer otro retiro de un mes, en un templo de la misma escuela, con monjes y monjas. Cuando ya tenía el viaje preparado me llegaron voces de que él también tenía pensado ir y si me removió todo porque quería dedicar el retiro a sanarme y verle no me haría bien.
Cuando llegué no estaba pero cada sábado entraba y salía gente por lo que no me pude resistir y le pregunté a los maestros de allí al hacer las entrevistas zen de rigor. Para mi sorpresa, él tenia pensado ir a partir de septiembre con la intención de hacer el entrenamiento para intentar hacerse monje! y al parecer ya hace tiempo que tenía este plan por lo que ya lo sabía cuando estuvimos ese mes liándonos.
Así que confirmo que tiene problemas de adicción de varias maneras y que ir a un templo a meditar y sobretodo trabajar todo el día ha sido su vía para trabajarlo. Me consta que hay personas que se intentan hacer monjes/as cuando tienen unos hábitos en su vida muy fuertes que les impiden tener una vida normal. Por las fotos que veo del templo veo que sigue allí trabajando…que le vaya bien. El maestro que me respondió ya me dijo que me libraba del sufrimiento yéndose a vivir allí.
Por otro lado, al escuchar la grabación me he dado cuenta del gran trabajo que tenía y que me queda aún por hacer. Me alegro de que mi caso sirva de ejemplo sobre lo ciegas que podemos llegar a estar y tomo conciencia de ello. También de mi gran capacidad para crear y aferrarme a fantasías 🙂
El camino sigue..y me alegro que con el tiempo y el trabajo que he hecho este año lo que ocurrió fue lo mejor! Desde entonces llevo un barbecho largo de autoconocimiento y descanso. Veremos a la que vuelva al ruedo pero no tengo prisa ahora mismo.
Un abrazo Silvia! y mil gracias, me ayuda mucho tu contenido.
Mil gracias por actualizarnos, preciosa! Me alegro de que la historia terminara ahí y que tú estés trabajando en ti. Te mando un abrazo enorme!
Mi opinion sobre ese chico es, que necesita subir la autoestima, y lo hace mirando a otras mujeres, dandoles like en tinder y con relaciones cortas pero intensas donde enamora a la chica para sentirse bien él, pero no le importa los sentimientos de ella. Que se aleje de él o a la que le va a bajar la autoestima hasta el suelo es a ella.
Hola Marta!! Muchas gracias por tu episodio! He estado mucho en círculos espirituales y también encontré algunos hombres que esconden sus sombras en su apariencia espiritual. También tuve que soltar algún tonto del higo q solo me fomentaba la confusión y yo andaba ciega en fantasías. Como estaba en otro país de viaje, yo misma en el fondo no me lo tomaba en serio si soy sincera. Solo mi ego fantasioso. Lo digo por si te aporta y acompaña!! Fue un gran aprendizaje para ver mis vacíos! Que te vaya superbien y te empoderes de nuevo! Te mereces lo mejor para ti. Cada uno a lo suyo. Un abrazo! Gracias Silvia!!!!! Inspiradora como siempre 😉
Gracias Laura por compartir tu experiencia! Realmente en los entornos espirituales también pasa mucho porque además es un “mundillo” en el que es fácil que haya manipulaciones y edulclorantes. Lo he ido aprendiendo a base de ostias pero más vale verlo que vivir en la inopia 🙂
Y si..mi mente es muy fantasiosa desde luego!
Espero que estés bien ahora. Un fuerte abrazo!
Hola Marta:
Te escribo para agradecerte tu experiencia y también para darte mi más sincera enhorabuena por haberte librado de este PERSONAJE, con todas sus letras.
Y … hablando de letras … hace poco escuché la palabra “SIMÓN” en algún post de Instagram. Él término es una variante del Síndrome de Peter Pan y, por lo visto, cuando se aplica al campo de la psicología, hace referencia a hombres con comportamientos muy parecidos al de este chico. En realidad, la definición viene dada por el significado de cada una de las letras del acrónimo y son las siguientes:
– S: Soltero y que disfruta (o no) de serlo por una incapacidad como un tempo budista para gestionar emociones. De ahí sus insultos (“desesperada”)
– I: Inmaduro, que no sabe ni lo que quiere.
– M: Materialista. En este caso, una persona con grandes adicciones a sustancias relacionadas con un mundo materialista y competitivo.
– O: Obsesivo: A los hechos me remito: Obsesivo con sustancias. Las reemplaza por una obsesión CONSTANTE por gustar y por el SEXO.
– N: Narcisista a más no poder. Su valía dependía de la cantidad de chicas que podía tener, chicas a las que dar “likes”, chicas a las que observaba (no sé si contaba también a las que correspondían a su mirada para hacerte sentir aún más insignificante).
Hiciste bien en soltar. Te libraste de una buena.
Un abrazo fuerte.